Empezado por fpastor
Este es un relato que preparé para la nota de la revista TODO AVENTURA:*
RECORD DE ALTURA EN MOTOCICLETA
TRAVESIA AL VOLCAN OJOS DEL SALADO
Esta nota tiene dos títulos, aunque los dos están incompletos sin el otro, ya que como travesía, puedo decir que aunque al lector le parezca una nota mas de todas las que suelo escribir, para él que está tratando de armar estos párrafos, de forma de reflejar los sentimientos y vivencias lo mas realistas posibles y sin exageraciones, le resulta difícil transmitir la emoción y satisfacción que significa haber podido coronar un logro tan importante, pero sobre todo tan buscado, ya que no fue una ocurrencia del momento que se nos dio fácilmente.
Para poder llegar a lograr el record y superar con amplitud el anterior debimos realizar 9 expediciones desde el año 2.007 a razón de 2 por año.*
Las primeras *dos pruebas se hicieron en Corona del Inca mas específicamente en las laderas del volcán Bonete donde sabía que podía alcanzar la marca de 6.200 metros que en aquel tiempo era suficiente para superar los 6115 metros que marcaron los recordmans chinos.
En esos años hubo varios registros que modificaron la marca de récord guinness de altura en vehículo de 4 ruedas todos ellos sumamente sponsoreados generalmente por concesionarias de automóviles como Toyota con una Land Cruiser, Volkswagen con una Tuareg y Chrysler con dos Jeeps Wrangler y finalmente un chileno en un Samurai super enfierrado también con ayuda de los sponsors, aunque con mucho menos despliegue económico que los anteriores, por ej. los de Crhysler se dice que invirtieron 500.000 euros ya que llevaban todo un equipo de gente(guías de andinismo) limpiando el terreno y trabajando con malacates y demás artilugios durante 10 días en los cuales dejaban los vehículos donde llegaban y bajaban a dormir a los refugios para seguir trabajando al día siguiente, lamentablemente para ellos el chileno Gonzalo Bravo llegó una semana detrás de ellos y aprovechándose de todo el esfuerzo e inversión que hicieron los alemanes logró registrar 30 metros mas, soplándoles el Récord Guinness con una marca de 6680 metros que parecía algo imposible de alcanzar por un vehículo.
Con esos datos e incluso después de contactarme con Gonzalo quien me pasó algunos detalles de la ruta que tomó, decidí cambiar de rumbo hacia el Volcán Ojos del Salado, lugar donde fueron todos estos registros comentados ya que por sobre todas las cosas ampliaba las posibilidades de altura que se podía alcanzar pero además cuenta con ventajas de accesibilidad inigualables ya que se pueden superar los 5500 metros en los vehículos de apoyo.
Así fue como el 3º intento y demás, hasta el 9º exitoso, fueron en este lugar con diversas alternativas y anécdotas y sobre todo con el apoyo de amigos invaluables que fueron cambiando en las distintas alternativas salvo 2 que merecen una mención especial por la fuerza que le pusieron y sobre todo el apoyo y aliento con él que me ayudaron a afrontar esta locura, por un lado un cordobés de fierro llamado Oscar Lucci que viajaba desde Córdoba con distintos amigos y a pesar de sufrir la puna trataba de estar lo mas cerca posible para hacernos asistencia con la radio y en alguna ocasión debieron bajar compañeros desmayados o con signos graves de apunamiento, lamentablemente en los últimos dos intentos ya no pudo estar pero vale oro su apoyo incondicional.*
El otro genio al que no puedo dejar de agradecer ya que sin su ayuda no lo hubiera logrado se llama Germán Paños y me acompañó en los últimos 8 intentos al punto que en el último fuimos los dos solos ya que decidimos ir sin límite de tiempo y minimizando problemas ya que nunca faltaban las demoras provocadas por los chicos que nos acompañaban, por supuesto, involuntarias, pero que en algunas oportunidades marcaron el fracaso de algunas expediciones.
Las anécdotas de todos estos viajes son muchísimas y muy variadas desde dramáticas a humorísticas pero como no tenemos mucho espacio voy a resumir únicamente el último viaje que marcó el éxito de esta aventura aunque no el final ya que nos quedamos con todas las ganas de volver y quizá aumentar la apuesta buscando coronar alguna de las multiples cumbres con que cuenta el ojos del Salado, que, como ingrediente aditivo, es además, un volcán activo y sólo desde algunos puntos pueden observarse sus fumarolas.
Si bien pensábamos partir la semana siguiente hubo algo, una extraña ansiedad, que me impulsó a convencer a Germán a partir el lunes 4 de abril, para lo cual teníamos solo dos días para preparar mi moto, a la que quería fabricarle un piñón mas reducido de los que se consiguen en el mercado, tarea a la que se abocó Germán que es un habilidoso de la mecánica y el torno, mientras tanto yo desarmé carburador, cambié ruedas y preparé la camioneta para el viaje de mas de 2.000 km.
Llevaba alrededor de un mes vigilando el clima cordillerano de la zona que acusaba cielo despejado permanente, por lo que suponía que podrían haberse deshielado, ya, las secuelas de las tormentas que sabía, habían caído a principios de marzo y me preocupaba seguir esperando mejor deshielo, pero con el riesgo de que empeorara el clima en cualquier momento, ya que estábamos al límite de la temporada.
Finalmente logramos poner todo a punto y ese lunes a las 5:30 de la mañana partimos rumbo a Catamarca para tomar el Paso de San Francisco y cruzar a Chile, ya que si bien, el Volcán es limítrofe, el mejor acceso es desde el lado chileno.
Todo anduvo muy bien almorzamos en Fiambalá y llegamos sobrados de tiempo para hacer aduana, aunque acá recibimos el primer traspié al comunicarnos que deberíamos cumplimentar el trámite aduanero en la aduana de Maricunga, lo cual, nos implicaría recorrer un extra de 160 km de tierra por la cordillera chilena. La aduana argentina se encuentra a 900 km de San juan y a unos 50 km del refugio donde pensábamos pasar la noche para recorrer al día siguiente otros 40 hasta el punto donde bajaríamos las motos en el refugio Atacama a 5.500 metros de altura, totalizando unos 1000 km de viaje en camioneta a los que ahora deberíamos sumar los 160 de ida y vuelta a Maricunga. En versiones anteriores nunca nos obligaron a pasar por la aduana chilena y la mayoría de las veces dormimos en un refugio con que cuenta la propia aduana pero ahora queríamos ganar todo el tiempo posible.
El segundo contratiempo lo vivimos esa tarde cuando Germán comenzó a sentirse mal cerca, de las 19, hora en que decidió acostarse ya que no podía soportar el dolor de cabeza cosa rara ya que los dos tenemos condiciones naturales que nos favorecen para no sentir los efectos de la puna, pero la altura se cobra todas las picardías, y yo también cerca de la medianoche comencé a sentir deseos de vomitar y lo hice tres veces durante el resto de la noche mientras sentía muy preocupado los quejidos de Germán.*
Por suerte se me ocurrió tomar una cafiaspirina que fue un remedio milagroso y me permitió dormirme alrededor de las 4 de la mañana. Cuando amaneció Germán seguía en malas condiciones por lo que lo convencí de tomar un par de cafiaspirinas y parece que a él también le resultaron ya que fue mejorando a partir de ahí. La conclusión que sacamos es que nos había hecho mal el almuerzo con que nos tentamos en Fiambalá, por supuesto, al combinarlo con los efectos de la altura, que te pone físicamente al límite de cualquier exceso.
Por suerte a partir de ahí todos fueron logros y mejoras de lo hecho en viajes anteriores ya que hasta el viaje en la camioneta hasta Atacama fue sin contratiempos y mucho mas rápido que otras veces.
Entre las 9 y las 10 de la mañana ya estábamos subidos en las motos y comenzando la travesía y este horario fue la clave para lograr el éxito, dado que descubriríamos después, que a esa hora, el piso tiene mucha mejor tracción, dado que la humedad que satura la tierra está totalmente congelada y no se embarra como nos pasaba en otros intentos anteriores, ésto hizo que en un solo impulso sobrepasará los 300 metros que en la anterior prueba nos llevara toda la tarde ya que nos quedábamos patinando por causa del mal piso.
Continua (*)
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