Adrián Yacopini, el otro argentino que está corriendo en Marruecos, terminó por primera vez una etapa. Se lo dedicó a su hija, que falleció en un accidente de tránsito.
Por Diego Durruty (enviado especial corsaonline),
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El Chino Yacopini y su navegante español Josep Ferrer posan para CORSA tras terminar la tercera etapa.
Llegó al final de la tercera etapa, se sacó el casco y comenzó a llorar. Uno podría suponer que ese llanto era una forma de desahogarse por la infinidad de problemas que le ocurrieron en las etapas anteriores del Rally de Marruecos. Pero las lágrimas de Adrián Yacopini tras terminar la tercera jornada de la carrera tenían otro motivo: su hija Chiara, que falleció hace tres años en un accidente de tránsito.
No hay palabras que expliquen el dolor que siente un padre al perder a un hijo. Por eso resulta en vano pedirle a Yacopini, propietario de una concesionaria Volkswagen en su Mendoza natal, palabras que definan este momento. Pero de más está decir que recuerda en todo momento a su pequeña y el solo mencionarla, ya lo emociona.
Chiara es todo. Tiene su nombre tatuado en la muñeca derecha y también en las piernas. Chiara se llama su equipo de competición (corrió este año en el Dakar). De Chiara son la mayoría de las fotos que tiene en su oficina. Chiara es el password de su computadora...
Estos últimos años no fueron fáciles para el Chino, quien hoy también le da todo su amor a dos pequeñitos. Un amor especial, un amor de alguien que sabe que los hijos son todo.
Por eso Yacopini lloró dentro del habitáculo de su Race Amarok y también cuando se bajó de la camioneta, algo que fue tan llamativo que la televisión francesa le hizo una nota. El 19º lugar conseguido en la etapa y el 39º en la general resulta una gratificación después de tres días de mucho esfuerzo y dolores de cabeza. Pero la mayor satisfacción es una sola: haber cumplido con su pequeña Chiara.
Fuente:
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