De vuelta en el taller el lunes que siguió limpié adecuadamente las superficies de contacto de los soportes, corté y perforé las pletinas y pinché in situ el conjunto para asegurarme de que la posición fuese la adecuada ya que nada estaba a escuadra en el camión. Acto seguido calenté el fierro, harto, y luego le metí un lote de electrodos 70/18 soldando además una pieza perpendicluar para estabilizar la unión. Bien, pero estuve hasta las tantas, para variar.
Un par de días después seguí con el trabajo y limpié los soportes completamente, incluyendo los hilos de los agujeros que podían ser de alguna utilidad más adelante, quién sabe para qué o cuando. Los tensores eran lo siguiente en la lista pero esos me tomarían más tiempo debido a la forma y a que tenían diferentes componentes. Noten la camisa de plástico torneada para suplir el buje en el agujero gastado del tensor. Buen trabajo, Pimentel.
No alcancé a terminar ni siquiera uno de los tensores y me tuve que ir, pero al menos los soportes quedaron listos. Al mirarlos con detenimiento me dio la impresión de que la solución era la adecuada y que sería confiable… ya lo veríamos.
Durante ese tiempo el trozo de chasis recién llegado miraba impávido, silente y distante mis afanes, esperando con calma su turno.