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Antiguo 20-12-2013, 10:39:04   #1135
pairospam
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Parece que a nadie le resultó muy novedoso ni interesante el devenir de las cortas vacaciones del suscrito, pero incluí ese pasaje solo para mostrar las cosas que típicamente me pasan, y es una de las razones por las que la Merkabah es quizás un vehículo exageradamente preparado como para que viajen solo dos personas con un par de perritos y un par de gatos. Pero la verdad es que se necesita estar super preparados porque a Pairoa le suceden cosas extrañas y siempre se mete en problemas.

Bueno, siguiendo con el viaje de vuelta y sus pormenores dignos de nota, me detuve a un lado de la carretera para examinar más de cerca un Mercedes 6x4 que parecía descansar eternamente. El chasis estaba sano y parecía no estar muy golpeado. Al indagar llegué hasta el dueño y me contó que lo había comprado tal cual, sin motor ni caja, y que esperaba arreglarlo pero con un motor menos potente y menos gastador. No sé ustedes, pero a mi me pareció un buen prospecto; he llegado a querer mucho este modelo y si tuviese necesidad cambiaría los ejes de la Merkabah y el conjunto de fuerza y me quedaría un 6x6 más largo y con cabina con media litera y de aspecto más renovado. Por supuesto son solo fantasías. Me subí de nuevo al Montero donde Carmen esperaba pacientemente con una sonrisa y un movimiento de cabeza. En fin.



A la llegada de nuevo al taller me encontré con que el esperado paquete de Alemania había por fin arribado y, junto a unos calcetines y unos cuantos libros viejos, aparecieron los repuestos para los muñones de dirección. Ya podía desarmar con confianza lo que quedaba y reparar las crucetas. Hacía algunas semanas Hilux me había enviado unos documentos con los manuales de desarme y armado de los ejes delanteros, escasos y extraordinarios documentos. Desgraciadamente no bien me bajé del 4x4 me empezó una molestia que a poco se hizo muy importante en la región lumbar, y que me impidió trabajar en el proyecto por los siguientes días. Imaginen la lata de tener repuestos nuevos, instrucciones y manual… y no poder meter mano! Mal.





Mientras pasaban los días en espera de que mis huesos mejoraran, Eduardo empezó con las reparaciones del camión Tatra 6x6 del inglés Pickering, el que había estado esperando turno entre los ajetreados devenires del taller. Sacarlo fue una historia y traerlo al taller otra. La pobre L200 llegó a ver burros verdes con los titantos kilos de acero y aluminio checos encima.



En esos días llegó también a casa un nuevo integrante de la familia, abandonado junto a otros cinco gatitos en la calle por algún pelotudo. Al principio algo tímido entre dos gatos adultos y tres perros, Sydane no tardó en desplegar su personalidad y sus pequeñas pero puntiagudas garras para hacerse respetar.



Y hubo noticias, y no buenas; Edison se regresaba a su país natal dentro de poco. Si se iba ya no me iba a poder ayudar con la carrocería de la Merkabah, y me habían gustado mucho tanto su prolijidad como su dedicación al trabajo. No podía permitir que se fuera sin haber avanzado lo que más se pudiera así que quedamos de acuerdo en trabajar al sábado siguiente.

La idea esa mañana era la de que Edison prosiguiera con la preparación de las piezas de los tapabarros y yo lo acompañaría y asistiría en lo que pudiera dado mi estado de salud. Salí a comprar algunos insumos que hacían falta y en la medida que iba pasando la mañana me iba sintiendo cada vez menos tieso, entonces, con mucho cuidado, empecé a desconectar todo lo que uniese la cabina al chasis. La prioridad ahora era sacar la cabina para trabajar en ella a nivel del suelo en el menor plazo posible; Edison no es muy alto que digamos. Cuando él trabajase en la cabina yo trabajaría en el chasis. Por ahora los trabajos en el eje delantero estaban aplazados.

Lenta y pausadamente empecé a fotografiar todo y a tomar nota de los factores importantes a considerar en el desarme y eventual rearmado del enmarañado de cables, tubos hidraúlicos y tecalanes.




Mientras yo me movía entre los fierros Edi aplicaba una tras otra varias capas de masilla y otras tantas veces pasaba lija cada vez de grano más fino hasta reducir al mínimo la cantidad de imperfecciones y de masilla. El suelo y aire se llenaron de masilla en polvo.



Al levantar la goma cubrepiso para descubrir los pernos que sujetaban las distintas válvulas al piso, apareció una cantidad no despreciable de mugre y barro seco acumulados. Luego de bucear un poco recién pude acceder a los pernos y a las tuercas. Todo tenía una capa de óxido que dificultaba su extracción, pero con un poco de sueltapernos y paciencia uno a uno fueron soltándose los diversos componentes.

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