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Antiguo 19-06-2014, 01:38:23   #1191
pairospam
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Creo que fue el mismo día, no recuerdo bien, la cosa es que Chaleco soldó también la barra de acero al pasador del muñón de dirección. También fue incómodo para él, pero al parecer está más que acostumbrado a hacer trabajos en posiciones poco simpáticas y no se quejó tanto.



Después de soldar la barra nos pusimos a hacer cosas distintas cada uno en espera de que se enfriaran los fierros y solo después de un par de horas hicimos otro intento de extraer el pasador. Ambos observamos cómo la barra de fierro se curvaba bajo la tensión y la soldadura se fracturó de nuevo en un par de ocasiones. Reforzamos la soldadura y la barra, pero el pasador no cedió ni una décima de milímetro. Hmm… Ya empezaba a soñar con el pasador famoso.



Mientras tanto, Stefan y Petra, trotamundos alemanes, se acercaban lentamente desde el sur de Chile. Hicieron una parada en la casa de mi padre en Melipilla y compartieron una tarde y una noche con él y con su familia. Afortunadamente Herrman, su MAN KAT 6x6 pudo pasar debajo del pino que custodia la entrada de la casa.



En el taller yo perseveré con el extractor en mi batalla contra el pasador atascado, pero sin resultados. Ahí me sentí en serio un poco deprimido. Seguramente estaba haciendo algo mal.



Entonces, un día, Petra y Stefan llegaron y se estacionaron al frente de nuestra casa, como ya es costumbre para nosotros y para nuestros vecinos. El camión era impresionante, así como las habilidades constructivas de Stefan. Compró el camión en una subasta del ejército por una cantidad ridícula y con 7.000 kilómetros en el marcador, y trabajó en él por cinco años hasta terminarlo y salir a recorrer el mundo. Particularmente interesante era su trabajo con polietileno (PET), con el que construyó los estanques y muchos otros aspectos del camión. Pensó detenidamnete y con cuidado planificó cada detalle y construyó todo para tener un orden perfecto y práctico.





Petra y Carmen compartían afinidades por los perritos, los gatitos, las tortugas, las lagartijas y todos los animalitos abandonados así es que egancharon de inmediato al ver a Mandu, su perro compañero de viajes.

Stefan me dio una mano y me prestó una invaluable ayuda con el asunto del pasador. Ya había tenido que hacer lo mismo en su camión así que me preguntó si me podía conseguir un poco de nitrógeno líquido para verter dentro del pasador, pero no me fue posible conseguirlo en las cantidades mínimas que necesitábamos. Planeamos entonces una estrategia algo más rudimentaria pero esperábamos que igual de efectiva. Mientras se calentaba el brazo del eje que sostenía el pasador iríamos vertiendo agua de hielo por el pasador para hacer que el juego de dilataciones y contracción soltaran el óxido.

Pusimos manos a la obra y usamos tres bolsas de hielo para enfriar el agua de un balde que con una manguerita íbamos dosificando para que pasara a través de agujero central del pasador, mientras calentábamos el fierro mucho más allá de lo que yo me había aventurado a calentarlo antes, sin llegar jamás a ponerlo al rojo eso sí. La cosa es que hicimos varios intentos y también se nos fracturó la soldadura y tuvimos que volver a soldar y tuvimos que levantar más el camión para darle más juego a la gata y tuvimos que modificar el extractor y etcétera. Un hueveo.





Luego de varias horas de esfuerzos y tensión de fierros se oyó un crack! que retumbó por todo el taller, y el pasador comenzó a soltarse, de a poco y quejándose mucho. Fue un buen momento cuando el fierrito asomó por completo, justo al límite de extensión del extractor.

Finalmente sacamos el muñón y luego sacamos el eje flecha con la junta homocinética. Lo envolvimos en la película de plástico y quedó apoyado en el muro para sucesivamente desarmarla y hacerle servicio.

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