Aparte de lo bello de la ciudad y de lo que pudimos encontrar de espiritual en ella, en Asís encontré la segunda Africa Twin que vi en todo el viaje y la única que pude fotografiar y que pude conversar con el dueño. Era su segunda Africa luego de haber destrozado la primera en un choque, y la tenía como una joya.
También en Asís encontré el modelo de la próxima Merkabah. El problema ingenieril a solucionar era el de cómo convertirla a 3x3. Casi me la llevo en la mochila.
Bueno, y de Asís de vuelta a Roma, de Roma a Buenos Aires y de ahí, saliendo a una obscena hora de madrugada que nos permitió, sin embargo, ver lo extenso de la ciudad, volamos hacia Santiago y el viaje llegó a su fin.
Eduardo nos esperaba en el aeropuerto donde pasaron las crucetas sin pena ni gloria por la aduana. Mi espalda casi no me dolía, a pesar de no haber dormido ni media hora durante las dieciséis horas de viaje.
Fue un muy buen viaje. Espero y les haya gustado el relato.