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Antiguo 31-12-2014, 09:27:04   #1298
pairospam
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

De manera que no tenía alternativa; tendría que sacar la cabina si quería avanzar con la porción delantera del chasis, el eje delantero y todo el cuento de la suspensión. Tenía que levantar la cabina pero por sobre todo necesitaba un carrito donde poder ponerla y poder moverla tan fácilmente como fuese posible. Tomé los carritos hechos para mover los fierros de la Blazer 6x6 y los soldé juntos.



Corté y soldé también unos soportes para poder fijar la cabina al carro. Como tenía poco tiempo para trabajar me llevó tres días terminar solo este pequeño arreglo. Ya me empezaba a frustrar de nuevo.




La verdad es que las cosas no iban muy bien del todo por ninguna parte, y no solo con respecto de la Merkabah. Después de volver a montar el motor del Montero otro de los pernos del múltiple de escape se cortó haciéndole una fuerza mínima según Don Pato, que ya estaba chato con el asunto. Hubo que sacar de nuevo el motor para sacar el perno roto y los demás pernos para reemplazarlos todos esta vez, pero desafortunadamente no se encontraban repuestos en el mercado. Mal.



Sabiamente, Eduardo me pidió que sacara la bandeja de la batería del Montero, manchada y atacada por los ácidos, para darle un tratamiento como el que le daba a las piezas de la Merkabah. Sabía que tenía poco o nada de tiempo para mezclarlo con otras tareas, pero insistió. Me di cuenta que tenía mucha razón y que era mejor no volverme demasiado ansioso por avanzar con el camión y olvidarme del resto de las cosas, como me sucedía casi siempre. El pequeño y fiel Montero no solo necesitaba partes y repuestos, sino también una dosis de amor y preocupación.

Y se los di. Saqué la bandeja (cresta que costó!), la lavé con solventes, la lijé y la escobillé. Como el resultado no era perfecto le di también una pasada por la granalla metálica donde se requería y luego apliqué unas capas de washprimer, luego de primer y finalmente un par de manos de esmalte. Fue todo lo que hice esa tarde en particular, y me sentí muy bien por ello.




Al día siguiente la volví a colocar en el Montero. Parecía nueva y claramente le cambió la cara al jeep. Eduardo encontró los pernos del múltiple esa misma tarde y nada volvió a fallar o a salir mal con el viejo japonés.

Una cosa con la que no estaba dispuesto a transar, eso sí, era la salida/escape en moto del Domingo. Eduardo y yo creímos descubrir un sendero nuevo al paso de motos, pero no era el caso, como claramente lo decía el letrero que encontramos más adelante.



Otra semana llegó a su fin, y otra nueva comenzó. El plan seguía en pie: había que sacar la cabina. Fabriqué una especie de gancho de múltiples asas para colgar la cabina, con trozos de fierros desechados que me encontré por allí.




Saqué la escotilla del techo y puse en su lugar el gancho. Fui a la ferretería y compré varios metros de cadena y unos tensores para poder distribuir el peso de la cabina en varios puntos y evitar así deformar el techo cuando quedara colgando. Luego de cortar y soldar unos cuantos eslabones los tensores quedaron armados y listos. Bien.



Pero el año estaba llegando a su fin, y aún me quedaban unos días de vacaciones que si no me los tomaba simplemente los iba a perder, y no tenía ganas de perderlos, como bien comprenderán. Decidí entonces ir al Sur. Carmen no me podría acompañar esta vez porque ella no tenía más vacaciones y alguien tenía que poner orden al caos que había sido el taller durante su ausencia.

Cambié aceite a la Africa Twin y la preparé para un viaje de duración indefinida. Aprovecharía de ir a la junta anual de los compañeros de curso del colegio que este año tocaba en Pichilemu y de ahí seguiría al sure.

Les cuento?

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