Me alegro que les haya gustado. Yo lo disfruté muchísimo.
Aprovechando que aún tenía un día libre fui al taller y le pedí a la gente que me ayudara a sacar la cabina de la Merkabah, el trabajo que quedó inconcluso cuando partí. En una singular y algo caótica maniobra los seis logramos, apenas, levantar y poner la cabina sobre el carrito ad hoc sin dañar la cabina misma ni el motor del camión. Bien.
Una vez aseguré la cabina con pernos se pudo empezar a mover sin dificultad sobre el suelo, cuando los hoyos lo permitían, y la porción delantera del chasis y el motor quedaron fácilmente accesibles para la limpieza y la pintura.
Al día siguiente fui a buscar un paquetito a la oficina de correos. Luego de un par de meses de trámites y de impuestos, los dados de las crucetas de las juntas homocinéticas enviadas por mi amigo Klaus desde Stuttgart, habían por fin sido liberadas y llegaron a destino.
Dentro de la caja venía un par de regalitos, y entre ellos uno muy especial que había estado buscando hacía muchos meses en forma infructuosa: un modelo a escala diecast del Mercedes 2626 AK 6x6. Era fantásico, pequeño y frágil. Pero tendría que esperar un poco a que terminara al menos de echar a andar la Merkabah antes de pasar a pitts y reemplazar el contenedor de basura por una réplica a escala de la Caja.
Los días que siguieron estuvieron colmados de trabajo, puro y regular y además de uno que otro trabajo extra, como suele suceder a fin de año, y me tuve que ovidar del proyecto por un tiempo.
En una escapada, cuando pude, envolví cuidadosamente el motor para evitar que se ensuciara y se llenara de granalla cuando empezara con la limpieza. Puse la “cámara de arenado” encima y todo, pero no pude empezar con el proceso porque primero tenía que conseguirme o arrendar un compresor más grande y no tenía suficentes días seguidos para trabajar porque estaba además reemplazando a mi colega. Mal.
Tuve que dedicarme a mi pega y trabajar muchas horas seguidas por día, lo que hacía que la vida pareciese reducirse solo a eso, una lata. Había tenido unas vacaciones y unos días tan espectaculares que me estaba costando lidiar con mi vida normal.