Hola a todos:
Luego de un poco, he aquí que me doy el tiempo de escribir para contar un poco lo que han sido los últimos meses en el ir y venir de la Merkabah y su eterno carreteo de despegue. No ha pasado mucho, pero algo se ha movido el proyecto.
La última vez aún estaba ocupado con el eje delantero, materia que llevaba más de un año sin poder terminarse. En fin, fui a conversar con el experto en paquetes de resortes y un par de días después hizo una visita al taller. Quedó gratamente impresionado por el trabajo hecho hasta ahora y por cómo lucía la suspensión. Encontró que los bloques de levante, los ángulos, las palancas y todo estaban bien concebidos, pero de repente se detuvo en los bloques y levantó una ceja al tiempo que preguntaba de qué estaban hechos. Le dije que de trozos de acero de las mismas hojas de resorte, sintiendo ya que había cometido un error terrible. Pareció captar mi horror y sonrió, pero me recomendó, vivamente, construir bloques nuevos con acero adecuado ya que sin importar lo bueno que fuese el soldador (hmm…) esos bloques se agrietarían y partirían bajo la presión y con la vibración. Si no los quieres reemplazar ahora, llévate los nuevos y los cambias cuando se rompan – dijo. Y eso fue todo.
Entonces, yo tenía razón… y estaba equivocado. Esperaba haber tomado la decisión correcta cuando tomé una serie de medidas y pedí que me hicieran las piezas para los bloques nuevos en la maestranza de Verardo en vez de hacerlos yo mismo desde el principio. Cambié los ángulos de los bloques para aumentar el área de soporte superior y para reducir la palanca a aplicar en el borde formado entre el paquete y el bloque. También reduje la altura de los bloques en 10 mm. Por supuesto, cambiaría los bloques de inmediato y no después.
El cortador estrella de Verardo estaba enfermo así que solo pudo hacer el trabajo una vez volvió de su licencia. Fui a recoger las piezas y la caja de la Africa Twin apenas se las pudo de regreso al taller. Las mandé a hacer de acero de 18 mm, y me pasé un buen par de horas biselando los cantos para hacer una buena soldadura. Media tonelada de limadura de acero cubría el piso y al menos un kilo me cubría el brazo al final.
Ajustar las piezas entre sí también fue una batalla dura, peleando contra ángulos imprecisos, cortes poco netos, etc, y consumió su buen poco de tiempo. Una vez estuvo listo el primer bloque para la soldadura me di cuenta de que el coleto de cuero de protección ya no estaba en condiciones de proteger a nadie y tuve que salir a comprar uno nuevo. En realidad, Carmen fue la que me dijo que el coleto era un desastre y que me patearía cierta parte si me veía usándolo de nuevo. Donde manda capitán…
Volví de la tienda con mi flamante protector, oliendo a cabra vieja y luciendo como concursante de Master Chef, y arreglé todo para empezar a soldar, pero hubo un par de chispas y se acabó el carrete del electrodo de aporte. Justo, después de cinco años, se acabó el carrete!
Tuve que esperar a que abriera la tienda después del almuerzo para comprar un carrete nuevo, y luego esperar a que Eduardo me pudiese prestar la L200 para ir a buscarlo porque era demasiado pesado y voluminoso para la moto esta vez.
Cuando terminé de poner a punto la soldadora ya era tarde así que solo alcancé a poner unos cuantos puntos de fijación y dejé la soldadura seria para el día siguiente. En el camino a casa pasé a buscar donde el tornero los pequeños bloques de apoyo para las puntas de los palieres.
El siguiente día era sábado, así que trabajé solo y tranquilo en el taller pero el calor era insoportable, y más insoportable aún con el calor generado por la soldadura. Hice algunos intentos con soldadura al arco con electrodo 70/18, pero no pude encontrar la combinación adecuada de amperaje y técnica para hacerlo bien así es que me cabreé y le di a la MIG con toda la potencia. La penetración resultó adecuada aunque los fusibles saltaban cada cierto tiempo, así es que continué soldando y sudando por igual.
Ya estaba terminando de soldar el segundo bloque cuando me asaltó una duda. Agarré uno de los bloques, el que estaba menos caliente, por supuesto, y lo presenté. No me gustó. Extender demasiado hacia atrás el borde del bloque podría causar más daño y posibilidad de fracturar el paquete que de prevenir su rotura por hiperflexión.
