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Antiguo 27-08-2016, 21:12:48   #1536
pairospam
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Lo cierto es que casi todos en el taller se sonrieron un poco mientras martillaba sin cesar el pobre fierrito, pero mostraron un poquito más de respeto por el trabajo cuando estaba pinchando la tapa del tubo.




Y, finalmente, Edie, el mecánico-pintor ecuatoriano, llegó después de una larga jornada de viaje. Estaba muy contento de volver a trabajar al taller y me iba a ayudar con la cabina tan pronto como Terral saliera del camino. Esas sí que eran buenas noticias.

Ese fin de semana no pisé el taller. Hacía mucho frío, estaba por llover y había mucho que hacer en casa. El domingo por la mañana empezó a llover seriamente y no paró hasta el mediodía del lunes. Bien para las plantas y los árboles, bien para las montañas y para todos, pero siempre hay alguno por ahí que se queja.

Después de mis labores remuneradas del lunes por la mañana, terminé de soldar y esmerilar, y soldar y esmerilar y rellenar y esmerilar de nuevo el famoso tubito. Desafortunadamente la soldadura hizo que se arrugara un poco el maltratado acero, arruinando un poco la belleza de la superficie perfectamente reformada a punta de martillazos. Un detalle irrelevante por demás, pero quería que quedara perfecto. Sí…soy plenamente conciente de mi enfermedad.




Cuando terminé con el tubo de escape reparé las abrazaderas correspondientes y pinté todo. Finalmente todas las piezas del sistema de escape estaban listas… o no? No, realmente no. Me faltaba una de las abrazaderas del silenciador y no me había percatado de ello. Por supuesto, el silenciador necesitaba dos abrazaderas para ir colgado… gil.



Y bueno, como aún seguía sin resultados la búsqueda de los repuestos para los circuitos de aire, seguí trabajando con otros fierros hasta tarde, algunas veces terminando en una amistosa tertulia con café o chocolate caliente a bordo de Terral. Karen y René estaban felices con la nueva distribución interior del living-comedor. Obtuvieron permiso de Eduardo –con una pequeña ayudita, claro- para dormir dentro de Terral en el taller durante los días de trabajo, mientras al camión se lo hacía reflotar lentamente desde las frías y profundas oscuridades del agua salada y la arena del Atlántico.



Y, finalmente, uno de los tipos a los que les pedí me enviasen muestras de los collarines de presión para los fittings de los tecalanes me mandó los que andaba buscando. Eran los correctos, sí, de bronce en vez de aluminio pero los que servían. Estaba muy contento así que le pedí que me mandara un montón. Bien.



Eduardo terminó de armar el motor de Terral e hizo que René lo pintara. Como ya había mencionado, el camión llegó a San Felipe solo de milagro, y el overhauling necesario para repararlo incluyó muchos ítemes. Al desarmar y darse cuenta del desastre René abría cada vez más grandes los ojos, al borde del pánico. Ahora tocaba volver a poner todo en su lugar y hacerlo vivir de nuevo. Mi cuñado estaba, como siempre, absolutamente confiado en el resultado como pueden ver.


Última edición por pairospam fecha: 28-08-2016 a las 23:54:42
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