
Allí empezamos a jugar pero mas nos gustaba el paisaje que teníamos alrededor...

unas lagunas e islotes, llenos de árboles, todo verde y repletos de patos y cisnes cuello negro, no estoy exagerando, en ese momento, que ganas de tener una cámara con teleobjetivo!!!

En medio de unos árboles hicimos una fogata y el disco se hizo presente... también la lluvia, así que cominos un rico almuerzo, muy mojado pero muy original por el entorno y la camaradería.

Después del ritualistico vino navegado, tuvimos que guarecernos dentro de los yip porque la cosa se transformo en aguacero.
Por radio, supimos que habían quedado en pana con dos ruedas desmontadas unos rezagados y partimos a auxiliarlos, pero al rato nos avisan que habían solucionado el problema y estaban en el Embudo... se habían ido por otro camino.
Bueno, nos devolvimos a buscarlos y jugamos en las dunas de del Yali nuevo otro poco. Como se oscureció y llovía fuerte decidimos volver por donde habíamos entrado y salimos a la playa.

En el camino un yip se le trabo la transfer y el que lo fue a auxiliar cortó piola de acelerador... en fin, después de solucionar estos percances, la caravana salió a Santo Domingo, mojados pero felices!!!

En Una bomba nos despedimos y partimos rapidito, algunos a Santiago, yo a Viña y los demás a sus casas en las cercanías.
Todos entramos, todos salimos, ilesos pero mojados. Desde el pequeño yipero de 2 años hasta la abuela yipera de 71 años que eran parte del grupo.
Quedamos con unas enormes ganas de volver con sol, porque el paisaje es una obra de arte.
Nota : No dejamos ni una basurita, limpiamos todo y cuidamos el entorno, porque el único calificativo para el Yali es: ¡¡¡Impresionantemente bello!!!...