Re: Para los amantes del altiplano.
SEGUNDO CAPITULO DE ALTIPLANO DE COPIAPO.
Por camino pavimentado desde la aduana no dirigimos a El Salvador. Allí nos reunimos con Eric Knuckey, una excelente persona y jeepero muy conocedor de la zona, quién fue de enorme ayuda para nosotros
Nos llevó a pasear a un sector desde donde se aprecia muy bien el Camino del Inca y a conocer un tambo indígena.
Al otro día, con él y otra pareja fuimos a las Termas de Juncalito. Primero pasamos por el camino que va orillando el Salar de Pedernales por su costado sur poniente hasta el Tranque La Ola que surte de agua a la ciudad y luego nos internamos por el Río Negro que es una ruta muy bella. El río realmente se ve negro debido al color de unas algas que existen en su lecho.
Hacia la mitad del recorrido nos desviamos a una bajada de arena impresionante. Comenzamos a descender y debo confesar que fue la primera vez que me corrieron las lágrimas en un descenso. (No nos cabía un alfiler….) No solamente la pendiente era muy pronunciada sino que además era una bajada muy angosta y en la parte alta había que sortear una roca por su costado izquierdo.
Después de descansar y reponernos de la “bajadita”, continuamos el viaje que en algunos lugares se hace por el lecho del río. Llegamos a las termas y nos dimos un buen baño.
En la tarde nos despedimos de nuestros amigos ya que ellos debían volver y nosotros al día siguiente queríamos ir al Salar de Piedra Parada. Eric nos indicó el camino que debíamos tomar y quedamos de acuerdo con él en la ruta que seguiríamos y si no llegábamos de vuelta en tres días, nos saldría a buscar.
Después de pasar la noche en carpa, con temperatura bajo cero, nos dirigimos con M. Teresa hacia el salar pasando por el Llano de los Cuyanos, una planicie de pequeñas piedra laja que parecía pavimentado y llena de flores, en que lo único que se escuchaba era una verdadera música creada por el sonido del viento entre las piedras. En el salar nos deleitamos con la inmensa soledad, los camélidos y flamencos. Después fuimos a las Lagunas del Jilguero (una celeste y otra verde claro) y luego subimos a un portezuelo para ver la Laguna del Bayo (de intenso color turquesa). No bajamos a esta última laguna por una acertada recomendación de Eric. La bajada era pronunciada y si la Trooper no era capaz de subir a la vuelta, tendríamos un problema.
Ese mismo día en la tarde retornamos a El Salvador, tras una breve visita al Salar de Pedernales.
Nos despedimos de Eric y nos dirigimos a Copiapó por Diego de Almagro e Inca de Oro.
Llegamos a Copiapó para descansar (Hay foto que grafica este descanso), unos días antes que comenzara el Raid de Atacama.
Y seguimos raideando………
Los Suegros
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