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Antiguo 05-09-2008, 23:52:30   #99
Jorge Cila y M.Teresa
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Predeterminado Re: Para los amantes del altiplano.

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Después de un tiempo que por distintas razones no pudimos escribirla, hoy publicamos el capítulo 3 de la Ruta de los Salares.

RUTA DE LOS SALARES III
Ultimo capítulo (desde Plato de Sopa hasta Salar de Pedernales)

Después de pasar una fría noche dentro de las cuevas de Plato de Sopa, con una espectacular tormenta eléctrica desde el lado argentino, salimos hacia el sur.
Desde este punto casi no hay más caminos transversales y sólo encontramos huellas de aventureros anteriores.
Como lo señalamos en el primer capítulo, contábamos con algunos antecedentes de la ruta, y un tramo de ella, en el sector del salar de infieles, marcados con plumón en un plano (en papel). Con esta información, ubicamos las coordenadas de algunos puntos de referencia en los planos del IGM creándonos así una ruta en el GPS, la que por lo mismo, no era precisa.
Tomamos esta ruta hacia el Salar de Agua Amarga, al que llegamos luego de una hermosa bajada. Nos detuvimos un corto rato para disfrutar de su belleza y luego continuamos hacia el salar de Infieles, (con unas ganas de pasar al Salar de la Isla o al menos al de Aguilar pero, dado que andábamos solos, con una ruta definida, ya informada a los amigos de Antofagasta, más el gasto de bencina…mmmmmm mejor seguir lo planeado).
Luego de recorrer varios kilómetros nos pareció que íbamos hacia Argentina. Analizamos GPS y planos. Efectivamente nos habíamos desviado de la ruta y nos tuvimos que devolver pasando por unas piedras lajas puntudas y entrecruzadas, que nos hicieron respirar hondo como si así la camioneta se pudiera elevar en el aire. Ya veíamos que reventábamos los cuatro neumáticos al mismo tiempo. Afortunadamente no pasó nada y retomamos la senda correcta, pasando por un precioso valle florido que nos hizo olvidar el susto.

Sabíamos que teníamos que pasar por un punto cuyo acceso estaba oculto en una quebrada, cerca del Camino del Inca y a pesar de las indicaciones que teníamos no logramos encontrarlo. Encontramos muchas quebradas y huellas de jeeperos que estuvieron tan perdidos como nosotros.
Analizamos el mapa y sus curvas de nivel y determinamos que estábamos a unos 3 Km. en línea recta del Camino del Inca, pero debíamos subir hasta un filo. Pusimos la tracción y partimos por la empinada ladera cerro arriba. Recorrimos todo el filo hasta que éste comenzó a bajar y logramos llegar hasta el camino del Inca.

Este camino de líneas rectas, delimitado por piedras (ver foto).es impresionante. Pensar en la época que lo hicieron, en esa soledad, con ese frío, a pié a esa altura, Agua ¿Dónde? ¿Comida? Impresionante.

Continuamos hacia el Salar de los Infieles el cual nos costó un poco pasarlo ya que las huellas se pierden pero sabíamos que se pasaba por la orilla izquierda. Una característica especial de este salar es que sus arenas contienen infinidad de pequeñas piedra semi-preciosas. Basta con meter la mano.

Continuamos la senda y al atardecer, emocionados, nos dimos un gran beso. Desde un portezuelo divisamos el Salar de Pedernales. Habíamos llegado sanos y salvos.
Contentos y aliviados armamos la carpa.
Después de dormir plácidamente, abrigados hasta con gorro (en ese portezuelo corre un viento heladísimo), descendimos hacia la orilla norte del Pedernales, recorriéndola hasta salir al camino y de ahí a Salvador, desde donde nos comunicamos con nuestros amigos de Antofagasta para informarles que habíamos llegado a destino.

Esperamos haber contribuido a animarlos a conocer nuestro bello altiplano pero, por favor, no lo hagan solos, aunque parezca un chiste que lo digamos nosotros.

Nuestros sinceros agradecimientos a todos ustedes que han seguido nuestras solitarias travesías.
Los Suegros.
Imágenes Adjuntas
    
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