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Antiguo 08-06-2016, 00:43:42   #1507
pairospam
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Verardo me llamó en un momento dado, y fui a revisar los largueros de acero que había mandado a fabricar para el subchasis hacía algunas semanas. Se veían bastante sólidos y bien hechos, pero tendrían que esperar a la decisión de cómo iban a ser hechas finalmente las cosas.



De vuelta en el taller desarmé la válvula de seguridad de cuatro circuitos de la Merkabah, y los componentes de metal estaban carcomidos por el óxido y los de goma en peor estado. Hmm… La válvula de Repuesto, misma marca pero distinto modelo, estaba solo un poquito mejor. Ya que estaba, seleccioné las piezas en mejor estado de ambas y aguardé a salir para ir a conseguir repuestos. En la tiendita Mercedes encontré el juego de repuestos necesario y además decidí comprar una válvula de cuatro circuitos y una relay nuevas para usar en los frenos de servicio para mayor seguridad.






Me conseguí también los juegos de reparación para las bombas de freno y de embrague y todo parecía perfecto hasta que estuve listo para armarlas… y entonces le pedí a Eduardo que me ayudara para hacerles una inspección más detallada, me había surgido una duda. En efecto, en lo profundo de los cilindros había unas imperfecciones, minúsculas, pero que a su juicio eran suficientes como para dar de baja los cilindros. Plop.



Había hecho una búsqueda previa, y las bombas no eran fáciles de encontrar porque había muchas variantes, y eran caras además. Hmm…

Bueno, no perdí mucho tiempo quejándome y empecé a reparar la válvula de cuatro circuitos vieja. Hice un muy buen trabajo, honestamente, y reemplacé los componentes viejos y limpié todo meticulosamente, pero cuando llegué a cambiar el o’ring de la parte frontal rompí la tapa de plástico como al cuarto intento de ponerla. Suficiente. Me cabreé. A la mierda con las válvulas Viejas. Agarré mis cosas y me fui a trabajar.




Al día siguiente no fui al taller y me senté frente al computador, con el teléfono en la mano. Hice unas cuantas búsquedas y tantos llamados. Me olvidé de la Merkabah por el resto de la semana.

El sábado, para variar un poco el panorama, pedimos prestada la Mitsubishi y nos fuimos temprano al veterinario con cinco de nuestros perros. Al momento eran siete, pero alguien tenía que quedarse a hacer guardia en la casa. Fue difícil meterlos a todos a la camioneta, pero las vacunas y medicinas no podían esperar. Los ladridos de protesta se oían a la distancia.



Mis conocimientos teóricos de la mecánica de los frenos de aire había ido en aumento creciente y cada día los prospectos y planos del sistema neumático de la Merkabah se hacían cada vez más completos y complejos. Solo esperaba a tener suficiente espacio para poder enrutar todas las líneas de tecalan necesarias.

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