Edie se aplicó e hizo un trabajo muy acabado de la parrilla por iniciativa propia. Quería que luciera muy bien ya que iba a ser la cara del camión. Bien.
Bueno, el sol no se dignó en aparecer y la tarde se hizo aún más fría así que de pintar mejor fue olvidarse. No había problema, eso sí, para aplicar el imprimante así que Edie preparó un buen poco y empezó a rociar las numerosas piezas ya preparadas. Me mostró una técnica que me pareció muy apropiada así que seguí aplicando yo la cosa del mismo modo mientras él se dedicó el resto del día de trabajo a inspeccionar y preparar el snorkel del camión. Al principio parecía que no requeriría de mucho trabajo pero luego se vio que iba a necesitar de mucho más atención y cuidados de lo pensado.
Seguí imprimando hasta que el producto se terminó. Las piezas se veían mucho mejor y estarían más protegidas entonces. Desgraciadamente Edie se fue antes de que la pistola se vaciara así que tuve que limpiarla yo esta vez. Hmm…
Una buena noticia para contar: Eduardo me dijo que revisara los cables que salían de la unidad CDI de la Africa Twin. Lo hice, de nuevo, y había un par de cables muy finos cuya cubierta de aislación estaba teñida de hollín desde el cortocircuito de inicios del 2016. Revisé y la cubierta estaba por demás intacta pero igual la raspé y cubrí los cables con unas cuantas vueltas de cinta aislante. Revisé toda la circuitería y el resto del cableado y armé de nuevo la cosa. Mágicamente la moto aceleró de cero a RPM máximas en forma pareja, sin ninguna irregularidad! Había desarmado la moto entera tratando de ver qué cresta pasaba y era cosa de un poco de corriente saltando de un cable a otro. Bien!
Pregunté a Eduardo cómo había sabido finalmente cuál era el problema y él me miró enarcando una ceja y con una leve sonrisa me dijo: Hablé con ella, y ella me contó.
Realmente le creo.