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Antiguo 05-04-2011, 23:56:31   #46
pairospam
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Fecha de Ingreso: Sep 2009
Ubicación: San Felipe
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

De nuevo en las pistas y con tiempo para seguir. Gracias por los comentarios y por el aliento.
Solo como ejemplo y para mostrar la diferencia entre un 4x4 y un 6x6 dejo la primera foto ya que ella refleja visualmente muy bien, creo, la capacidad de moverse sobre terreno malo con apoyo y tracción superiores. Además… los 6x6 se ven espectaculares!
De lo que pretendía y pretendo hacer con el camión se sabrá in extenso durante el desarrollo del post, pero para no decepcionar ni aburrir a nadie daré una idea general ya cocinada evitando en lo posible listas interminables y cargantes de especificaciones.
A ver:
El camión se desarma ENTERO; se cambia todo lo mecánico que debe siempre funcionar sin fallas y se rearma con tratamiento y pintura nuevos, ello incluye: ajuste completo de motor, cambio de componentes de embrague; servicio y arreglo de todos los componentes de tracción, de frenos, de dirección y de todo lo que se requiera; cambio, desabolladura y/o pintura de partes y piezas gastadas o rotas de cabina, de chasis y de motor
Modificación de la suspensión de rodado para ablandarla, con doble amortiguador delantero y amortiguadores traseros e instalacion de sistema de amortiguación neumática de soporte.
Barras estabilizadoras al primer y tercer eje.
Cambio de neumáticos adecuados al fuera de pista.
Instalación de control de inflado de neumáticos desde la cabina.
Instalación de suspensión de cabina de modelo Pullman; cambio y arreglo de tapicería, butacas nuevas ad hoc (3).
Fabricación de sistema de fijación torsional de habitáculo a chasis de cuatro puntos.
Fabricación de habitáculo con paneles de fibra de vidrio/poliuretano de 50 – 60 mm; fabricación de puertas y ventanas con termo paneles; fabricación de mueblería y divisiones interiores; instalación de sistema eléctrico multivoltaje con aplicación de paneles solares y generadores eólico y diesel; sistema de agua con reservas de al menos 600 litros con triple filtración y manejo de aguas grises y negras separadas.

Bueno, y muchos detalles más que me latearían incluso a mí.
Sobre fotos… no creo que ningún camión haya sido jamás tan fotografiado como éste, y los hartaré con las fotos en las siguientes entregas.

Sigo con la historia tratando de recordar y no engrupirme solo.

Una vez en Talca, en la casa del camión, hubo que empezar con la faena del cambio de neumáticos, lo que significaba desmontar los que tenía (ya que las llantas eran parte de la compra) y montar aquellas ruedas que llevábamos en la camioneta. Faena agotadora en verdad, ayudada por la herramienta neumática del dueño, pero hubo que trasladar las ruedas a un pequeño boliche cercano donde un tipo, medio de mala gana, accedió a desmontar (a mano!) los 8 neumáticos… y no por bolitas de dulce, noooo. Cada viaje implicaba, además, pagar el peaje ya que solo se podía llegar al lugar por la carretera. Un hueveo, sobre todo porque las ruedas de camión no pesan poco y los viajes fueron muchos. En la foto aparece mi socio controlando el arduo y peligroso trabajo, siempre preocupado por la salud de sus amigos.
Mientras nos afanábamos con las ruedas muchas miradas parecían decir que el camión no se las iba a poder para llegar a San Felipe, sin embargo el chofer habitual nos trataba de vender el clásico:“No se preocuuupe…llega a Lima si quiere!”.
Les dije de un mal presentimiento que tenía? No me equivocaba. Durante esa semana le habían sacado la muela de tiro a la mala al camión. Casi se me arruina el día; no soporto que intenten robarme. Pero una vez el trabajo con las ruedas estuvo listo la muela se cargó también en la Mitsubishi junto con las llantas, no sin una escusa y una risita huevonas de por medio.
Soy un tipo que siempre hace o trata de hacer lo correcto y estas cosas me descomponen, por eso, Hilux, no tengo ganas siquiera de acordarme del nombre del dueño anterior del camión.
En fin. El camión encendió sin problemas, con menos humo al parecer, y empezó a cargar aire con un silbido lento y quejumbroso. Como el embrague funciona con aire pasó un tiempo antes que el chofer de mi tío pudiera empezar a probar los cambios y mover adelante y atrás las ocho toneladas de fierro. La presión del aceite se mantenía en el límite inferior en ralentí pero subía a la par con las revoluciones, un problema que había notado Eduardo previamente.
Curiosamente, dada su verborrea previa, el chofer solo nos dijo: “Vamos”, como si estuviera pensando: “Vamos, antes de que explote esta cacharra”.
Me acomodé en el asiento del copiloto (Alejandro se moría de ganas de ir él pero no lo dijo) y, luego de encomendarnos, partimos. Mi sonrisa era comparable, imagino, a la de René cuando sacó el camión de la compraventa. La sensación de “I am the king of the World!” arriba de un camión en marcha es exquisita.
La primera parada fue para echar combustible y como naturalmente no tenía ni una sola gota hubo que ponerle suficiente como para llegar al menos a Santiago. Hice el cálculo a 3 Km/litro para tirarme por lo bajo, aunque me habían jurado que “gastaba poquito” y, a pesar de haberme preparado mentalmente, se me cayó el culo con los litros necesarios y con la cuenta. Con todo, el camión se veía, a mis ojos y como buen chiche nuevo, espectacular.
Carmen, Eduardo y Alejandro, en la Mitsubishi eran también entusiastas, pero menos.
Emprendimos el viaje al norte por la calle de servicio y a solo 700 metros de la antigua morada del camión y en pleno cruce de la carretera tuvimos el primer “evento” del viaje: en medio de un chiflido y una polvareda el camión se chantó. Se desconectó un tecalán y el camión dejó de avanzar al accionarse los maxi allí, en la mitad de la calle, en el cruce a Chacarillas.

Imágenes Adjuntas
         
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