Ver Mensaje Individual
Antiguo 08-10-2013, 17:44:39   #1118
pairospam
Senior Member
Top 1000
 
Fecha de Ingreso: Sep 2009
Ubicación: San Felipe
Mensajes: 1.051
Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Seguimos... a pesar de los escollos y los infortunios!

No tuve tiempo de hacer mucho en los días siguientes por un cuento de pega así es que la Merkabah dormitó un poco, como de costumbre, mientras se daban las condiciones para avanzar un poco.

Luego de algún tiempo me puse el overall de nuevo y solté algunos pernos, nada significativo realmente, y me tuve que ir a trabajar de nuevo.

Cuando al fin pude hacer algo empecé por vaciar de aceite los cubos y el diferencial y luego comencé a desarmar las mazas delanteras. Como dato curioso, el aceite del diferencial salió limpiecito, lo que resultaba incomprensible para los standards del camión en general. Cuando saqué el tambor derecho me encontré con que las balatas estaban como nuevas o más bien recién cambiadas, pero todo el tambor y el interior estaban embebidos en aceite; al parecer los retenes habían cedido hacía algún tiempo. Fue un alivio el descubrir que el tamaño de los componentes de los cubos reductores delanteros era mucho menor que el de los traseros, y por ello la tarea de limpieza también sería menos agotadora (o al menos eso pensé).




Me fui al lado del chofer y el panorama, si bien más seco, no fue más alentador. El tambor de freno daba claras muestras de que su tiempo de gloria había pasado y ya no quería más guerra; para él ya no había vuelta porque el desgaste era mayúsculo. Las balatas prácticamente no existían y hasta los remaches estaban gastados de rozar contra el fierro. Comparados ambos lados no sabía decir cuál era el más penoso, y no sabía si podría o si debería tratar de rescatar las balatas pasadas de aceite del lado derecho. Los frenos delanteros son los más importantes y siempre es mejor estar seguro que arrepentido. De cualquier modo ya quedaba claro por qué el camión no frenaba y al llegar casi al fondo del pedal se chantaban las ruedas traseras y tendía a derrapar; por supuesto… si no tenía frenos delanteros!






En un primer momento me dio lata porque tendría que conseguir un tambor de freno para reemplazar al gastado, y tendría que ir a negociarlo con la dueña del camión botado en el río, pero pensé que también podría conseguirlo del camión que donó el estanque y la visera, por allá cerca de la costa, aunque quedaba más lejos. En fin, me tranquilicé un poco ya que había alternativas para no tener que comprar los tambores nuevos, pero solo entrada la noche me acordé que, botado en el corral, descansaba el tren delantero del nunca bien ponderado Repuesto, con ambos tambores. Tendría que ir a darles una vuelta ya que tenía un presentimiento poco alentador.

Y como dijo Hillux, los seguros de los pasadores de las zapatas de freno sí se sueltan, como pude comprobar en la maza derecha; pero el seguro no estaba doblado como debía y esa era la primera falla.



En fin, seguí desarmando la maza derecha, batallando contra la mugre y el aceite. Lo bueno era que el aceite había preservado más o menos bien los componentes, aunque eso evitara que funcionasen. Por fuera, el óxido y unos cuantos gramos de barro y piedras aún estaban presentes en las rendijas. Cuando solté las zapatas de freno una cascada de aceite y mugre se vino abajo con ellas. Ya se me había olvidado los desastroso que era desarmar y encontrarse con esa melcocha que habría de limpiarse más temprano que tarde. Horror.



pairospam está offline   Responder Con Cita