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Antiguo 06-02-2013, 10:47:09   #950
pairospam
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Bueno, mi amigo Pickering apareció de nuevo en el Tatra 6x6 con muchas fotos e historias para compartir. Me fue a ver al trabajo llevando a Carmen con él y se estacionó en un supermercado cercano causando sensación entre los clientes y el personal del supermercado. Pasamos un buen rato cenando en mi oficina y luego se fueron justo cuando cerraban el local. Al día siguiente partió al aeropuerto y se fue a Londres a buscar a su familia. Volverían en un mes y medio. Yo me llevé al Tatra al campo donde esperaría el regreso del dueño para someterse a arreglos mayores y para un cambio de neumáticos completo, ya que Jago se consiguió un juego nuevo con el equipo Tatra que competía en el Dakar. No, no celebren tanto… no fue para nada una ganga.

A la tarde siguiente había llegado la arandela espaciadora y pude completar la postura de los retenes de la cuarta maza trasera. Me demoré el triple de lo que me demoré en las otras pero conseguí poner los retenes sin que se rompiera o deformara ninguno. Bien. Acto seguido las envolví en plástico y las ubiqué lo más fuera del camino posible, tratando de ordenar y hacer un poco de espacio para mover los yugos más libremente más adelante.

Agarré los tambores de freno y les di una enésima mirada. En algún momento había decidido mandarlos a arenar para poder pintarlos y no perder tanto tiempo yo en eso, pero me daba lata llevárselos al mismo viejo y pagar las ganas; además, Eduardo me decía que la fricción y el calor generado haría que no importaba la calidad de la pintura, ésta se descascararía sin remedio antes de decir chao. Quizás tenía razón, quizás mucha razón, pero no me convencía del todo y definitivamente no iba a poder ensamblar las piezas tal y como estaban.

Como no pude tomar una decisión rápida y me daba lata en ese momento ponerme a cepillar los tambores y desparramar óxido al viento agarré las piezas y las dejé donde estaban y me fui a tomar un té. Me cagué de calor, pero estaba rico.

Luego del té revisé la lista de los "por hacer", y me di cuenta de que aún no vaciaba el aceite del tercer eje. La razón era clara, el tapón estaba rodado.

Más decidido ahora agarré la soldadora y le planté un perno al tapón y salió a la primera. El aceite corrió, negro y feo, pero sin un solo residuo metálico.

El maestro Chaleco había acudido a mi llamado en días previos y, como yo le había pedido, había modificado las abrazaderas de los paquetes de resortes. Desafortunadamente no nos entendimos bien y se malinterpretaron las marcas en las mismas y a pesar de ser un muy buen trabajo quedaron muy largas y no servían. Plop.

El fin de semana me lo tomé con calma y decidí pintar las campanas de los reductores como única meta y, la mañana del sábado, ya tardecito, preparé el esmalte de poliuretano luego de batirlo por largos minutos para asegurame de mezclarlo bien luego de su letargo de más de un año.










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