Merkabah: de tolva a motorhome

[pairospam]

Creo que fue el mismo día, no recuerdo bien, la cosa es que Chaleco soldó también la barra de acero al pasador del muñón de dirección. También fue incómodo para él, pero al parecer está más que acostumbrado a hacer trabajos en posiciones poco simpáticas y no se quejó tanto.



Después de soldar la barra nos pusimos a hacer cosas distintas cada uno en espera de que se enfriaran los fierros y solo después de un par de horas hicimos otro intento de extraer el pasador. Ambos observamos cómo la barra de fierro se curvaba bajo la tensión y la soldadura se fracturó de nuevo en un par de ocasiones. Reforzamos la soldadura y la barra, pero el pasador no cedió ni una décima de milímetro. Hmm… Ya empezaba a soñar con el pasador famoso.



Mientras tanto, Stefan y Petra, trotamundos alemanes, se acercaban lentamente desde el sur de Chile. Hicieron una parada en la casa de mi padre en Melipilla y compartieron una tarde y una noche con él y con su familia. Afortunadamente Herrman, su MAN KAT 6x6 pudo pasar debajo del pino que custodia la entrada de la casa.



En el taller yo perseveré con el extractor en mi batalla contra el pasador atascado, pero sin resultados. Ahí me sentí en serio un poco deprimido. Seguramente estaba haciendo algo mal.



Entonces, un día, Petra y Stefan llegaron y se estacionaron al frente de nuestra casa, como ya es costumbre para nosotros y para nuestros vecinos. El camión era impresionante, así como las habilidades constructivas de Stefan. Compró el camión en una subasta del ejército por una cantidad ridícula y con 7.000 kilómetros en el marcador, y trabajó en él por cinco años hasta terminarlo y salir a recorrer el mundo. Particularmente interesante era su trabajo con polietileno (PET), con el que construyó los estanques y muchos otros aspectos del camión. Pensó detenidamnete y con cuidado planificó cada detalle y construyó todo para tener un orden perfecto y práctico.





Petra y Carmen compartían afinidades por los perritos, los gatitos, las tortugas, las lagartijas y todos los animalitos abandonados así es que egancharon de inmediato al ver a Mandu, su perro compañero de viajes.

Stefan me dio una mano y me prestó una invaluable ayuda con el asunto del pasador. Ya había tenido que hacer lo mismo en su camión así que me preguntó si me podía conseguir un poco de nitrógeno líquido para verter dentro del pasador, pero no me fue posible conseguirlo en las cantidades mínimas que necesitábamos. Planeamos entonces una estrategia algo más rudimentaria pero esperábamos que igual de efectiva. Mientras se calentaba el brazo del eje que sostenía el pasador iríamos vertiendo agua de hielo por el pasador para hacer que el juego de dilataciones y contracción soltaran el óxido.

Pusimos manos a la obra y usamos tres bolsas de hielo para enfriar el agua de un balde que con una manguerita íbamos dosificando para que pasara a través de agujero central del pasador, mientras calentábamos el fierro mucho más allá de lo que yo me había aventurado a calentarlo antes, sin llegar jamás a ponerlo al rojo eso sí. La cosa es que hicimos varios intentos y también se nos fracturó la soldadura y tuvimos que volver a soldar y tuvimos que levantar más el camión para darle más juego a la gata y tuvimos que modificar el extractor y etcétera. Un hueveo.





Luego de varias horas de esfuerzos y tensión de fierros se oyó un crack! que retumbó por todo el taller, y el pasador comenzó a soltarse, de a poco y quejándose mucho. Fue un buen momento cuando el fierrito asomó por completo, justo al límite de extensión del extractor.

Finalmente sacamos el muñón y luego sacamos el eje flecha con la junta homocinética. Lo envolvimos en la película de plástico y quedó apoyado en el muro para sucesivamente desarmarla y hacerle servicio.

[Nigel Moleker Castro]

Amigo Pairo:

Estamos claros que garra no te falta, en estos proyectos de largo aliento el entusiasmo es lo mas importante.

Felicitaciones por ganarle al bendito pasador

Un abrazo

Nigel

[pairospam]

Gracias, Nigel.

Sí... el entusiasmo se mantiene vivo a pesar de todo, y así continuará.

Apenas salió el pasador Stefan lo agarró y le hizo un corte recto y plano; de ese modo se podría hacer una soldadura circular y más robusta en el pasador del lado izquierdo del eje.



Mientras jugaba con el esmeril yo terminé de sacar el buje superior del muñón, tarea que había dejado inconclusa algunos días atrás, y luego reforcé la soldadura de la barra al pasador.



Nos trasladamos con todo el fierramen al lado izquierdo del camión y desplegamos los mismos esfuerzos e ingenio (¿¡) y repetimos cada paso, excepto el uso de agua con hielo ya que no había modo de hacer pasar agua a través del pasador. Calentamos el eje luego de esperar a que se enfriara lo suficiente el pasador e hicimos un intento de extracción, pero el pasador se rompió en los límites de la soldadura bajo la enorme tensión.



Aprovechando la pausa Stefan insistió en que intentásemos sacar el muñón que nos molestaba mucho para las maniobras, algo que había tratado de hacer yo solito muchas veces sin éxito, y entre los dos porfiamos y sudamos hasta que el muñón estuvo apoyado en la pared junto a su gemelo contralateral. Cuatro manos y cuatro ojos hacen más que solo dos de cada uno. Excelente.



Pero desgraciadamente era muy tarde así es que puse todo en orden y nos fuimos, dejando que el eje se enfriara solito y de a poco, esperando por el próximo y definitivo intento.

Al día siguiente repetimos la maniobra pero agregamos un par de toneladas de fuerza con una gata de tornillo desde el interior del eje aprovechando el espacio que dejó la remoción del muñón. A lo mejor no era una ayuda muy relevante, pero a esas alturas toda pequeña ayuda era válida.



Y Stefan empezó a calentar el eje mientras yo mantenía baja la temperatura del pasador/extractor con un finamente controlado flujo de agua. A los pocos minutos la gata estaba debajo del agua dentro del recipiente que puse para no inundar el taller entero.

Si hubiese sido por mí habría desistido porque no me gustaba la idea de sobrecalentar el brazo del eje, pero el confiado Stefan continuó aplicando soplete y fuerza con las gatas mientras yo trataba de no salpicar el eje caliente con agua, hasta que de repente tronó otro crack! y el pasador se soltó. La mirada del alemán lo dice todo: Sabía que esta mierda se iba a soltar. Qué creías!



Unos pocos esfuerzos más y el pasador estaba finalmente afuera. Hice una foto final del fierro para mostrar toda la soldadura y los refuerzos que hubo que hacer para llegar a ese punto, y una muy mala foto del equipo que logró sacarlo. Muchas gracias, Stefan.





Como estaba algo preocupado por el, según yo y según Eduardo, exceso de calor aplicado al brazo inferior del eje le pregunté a un par de personajes de experiencia y me dijeron que mientras no lo llevara al rojo y lo dejase enfriar lentamente no habría problemas con el fierro fundido. Bien.

Ordené de nuevo todo y me fui a casa muy, pero muy contento. Ahora tendría que preocuparme de idear un buen método para poner los pasadores nuevos en su lugar una vez le hiciera el servicio al eje. Ha, ha… qué emoción. Hmm…

Ese fin de semana Stefan y yo recorrimos el vecindario y finalmente dimos con el propietario de un terreno baldío a unos pasos de la casa que aún no estaba construido y que era perfecto para que Herrman estacionara y los alemanes pudieran pasar el tiempo sin que nadie los molestara en la calle ni que ellos alteraran a nadie con el tremendo bulto del camión; aún más, sería el lugar perfecto para otro camión de expedición que estaba por llegar y que iba a requerir algunos trabajos.

El sitio era suficientemente grande para una docena de camiones como Herrman y el dueño lo prestó sin problema. Mandu el perro estaba feliz al no tener que pasar amarrado todo el tiempo.

[pairospam]

De nuevo en el taller, decidí que seguiría con la suspensión delantera de la Merkabah antes de continuar con el eje. El tremendo paquete de resortes tendría que sufrir una jibarización y debía de adaptar doble amortiguador y la suspensión neumática auxiliar. Lo de la barra estabilizadora ya estaba listo.



Primero que nada debía de sacar el cardán delantero. Ya había hecho varios intentos en el pasado pero no había conseguido despegar los flanges tanto delanteros como traseros, pero esta vez seguí el consejo de mi cuñado Eduardo y apliqué dos pasadas de un poquito de desatascante, der güeno, entre ambos. Casi de milagro, al día siguiente ambas piezas estaba separadas sin la necesidad de ni siquiera un golpecito. Repetí el procedimiento con los flanges del extremo trasero del cardán y también se soltaron al cabo de un día. Bien.




En el intertanto, como el camión debía sostenerse de algo que no fuese la suspensión para poder concretar los arreglos y modificaciones de la misma, busqué la mejor manera de hacerlo y finalmente terminé usando los caballetes, los cuatro, un par de troncos y unos pedacitos de madera. Resultó una base bastante estable y solida, al parecer.



Con el cardán fuera y el eje sin carga saqué las abrazaderas y comenzó el trabajo por demás latero de bajar el eje con ayuda de la gata, de los soportes y de Alejandro, sin el cual no podría haber estabilizado el eje mientras maniobraba gata y soportes.




Como era de esperarse, uno de los pernos centro del paquete estaba roto, y también una de las hojas de resortes, quien sabe hacía cuántas lunas. Pero podría haber sido peor.

[pairospam]

Fue una buena idea poner el eje sobre la bandeja móvil, aún si las ruedas no eran las apropiadas para tanto fierro. Una vez que salió de debajo del camión, no sin algunas protestas y chirridos de la ruedas, el lugar era suficientemente amplio como para trabajar cómodo, o para saltar fuera en el caso de un temblor.




Si recuerdan, planeaba hace tiempo usar los sosportes de Repuesto para poner el segundo par de amortiguadores delanteros. La parte difícil fue encontrarlos, obviamente dentro de la única caja sin marcas en el exterior. Hmm…

Aperné momentáneamente el soporte y le saqué al paquete unas cuantas hojas, según mis cálculos las suficientes para ablandar la suspensión pero manteniéndola firme, y coloqué los demás componentes nuevos para ver si todo tenía sentido y cabía. Por fortuna sí, y fue un alivio saber que podía usar el mismo tipo de pulmón de suspensión que el del tren trasero, así solo necesitaría preocuparme de un solo tipo de repuesto.




Agarré la última hoja, con el ojo para el perno del soporte para el amortiguador, y la llevé donde un tipo que trabajaba exclusivamente con resortes de suspensión de camiones, no el mismo lugar donde conseguí las hojas para los paquetes traseros sino otro recomendado por otro adicto a los fierros.

Guillermo es el nombre del personaje, quien se interesó mucho en el proyecto cuando le conté en tres palabras lo que necesitaba y accedió a hacer una hoja con dos ojales para los amortiguadores. Me fui y llegó al taller a los diez minutos a ver de qué iba la cosa; hizo las pregundas clásicas y luego algunas muy específicas respecto de la suspensión. Criticó positivamente el arreglo hecho a la amortiguación y suspensión del bogie y luego me sugirió cambiar la hoja inferior del paquete delantero por una más corta y me explicó cómo y por qué hacer un taco de metal para mantener la altura del paquete original delantero respecto del eje.



Se fue tan pronto como llegó y yo continué entusiasmado examinando los componentes de la suspensión, pero me encontré con que los bujes de los paquetes estaban para el gato y el juego que tenían era inaceptable. Entonces agarré las herramientas y el combo grande y salieron volando los pasadores del paquete del lado izquierdo del camión. Como temía, los bujes estaban muertos e incluso la mano estaba en un estado calamitoso debido a la falta de grasa, de amor y al exceso de carga. Los pernos bloqueadores eran un potpourri de fierros doblados inútiles ya.




Me fui al lado derecho y repetí la maniobra. La misma cosa con los bujes y los pernos. Mal.




No fue pega fácil ni rápida, como creo entenderán, y ni siquiera pude sacar los pasadores ni los bujes delanteros. Para hacerlo peor, ni siquiera pude acceder a los pasadores ya que tendría que haber sacado del medio el radiador y/o las mangueras, y eso era algo que realmente no tenía ganas de hacer.

Se hizo tarde así que, nuevamente ordené las herramientas, le puse candado a las herramientas, me cambié y lavé y le tomé una foto a la Merkabah. Nada parecía cambiar jamás, a pesar del tiempo y los esfuerzos desplegados.

[tamarugo]

Que buena Pairoa!, de lo que recuerdo cuando conocimos a la merkabah sólo te quedaba el tren delantero por restaurar y la cabina, con estas piezas que lograste sacar ya creo que deberia empezar a notarse mas avance en la parte mecánica...

saludos
Tamarugo

[pairospam]

Hola Hugo:

En teoría sí, pero como se verá luego los avances han sido escasos y poco notorios.

Saludos y adelante con el Volvo 6x6!


Pairoa

[pairospam]

Uno de esos días apareció el otro camión de expedición que esperábamos, con Kurt y Elizabeth de Suiza a bordo. Estacionaron en el mismo lugar junto a Stefan y Petra y salimos a cenar y almorzar cada vez que podíamos y lo pasamos muy bien juntos.



En el taller, cuando encontré algún tiempo para la Merkabah, removí el filtro de aire para tener acceso a la mano delantera.



Cuando el filtro salió del camino pude llegar y sacar los pernos de la mano, pero no hubo caso de soltar la mano, pegada al chasis como si fuesen una sola pieza.



Después de intentar distintos métodos, más o menos traumáticos, me di por vencido y rocié un litro de sueltapernos a ver si la magia funcionaba también aquí. Saqué una foto y, aún después de al menos tres horas, no se apreciaba ningún cambio significativo en el modo en que las cosas se veían.



Stefan y Kurt a su vez trabajaban en el camión de Kurt, un precioso Axor con una Caja hecha por Unicat. El suizo necesitaba energía solar y Stefan era el hombre para el trabajo; ya había instalado baterías nuevas y había hecho varios ajustes y reparaciones. Los paneles solares estaban por llegar a San Felipe desde Santiago y Stefan estaba haciendo todas las conexiones en el techo y pensando cómo hacer que los paneles se inclinaran para aumentar su eficiencia en el pálido sol de otoño.



Otro viajero, Christian de Austria, apareció de repente en su Land Rover fuertemente equipado y aprovechó de quedarse junto a los otros en el mismo sitio. El Defender parecía una cortaplumas suiza. Todos se habían conocido antes en algún lugar del sur de Argentina o de Chile. El cocinero profesional viajaba solo y feliz, tomándose su tiempo para ir de un lugar a otro, sin meta precisa ni límite de tiempo para completar su vuelta al mundo.





Fui a ver a Guillermo, el hombre de las resortes, a buscar las piezas para los amortiguadores pero no estaban listas aún. Casi… dijo, cubierto por una increíble cantidad de mugre, y era verdad; solo les faltaba el agujero para el perno centro. Tuvimos una breve cháchara y le pedí también que me buscara los bujes y los pernos bloqueadores nuevos para los pasadores. Era su negocio así es que probablemente tenía más y mejores datos.

[pairospam]

En el taller, al rato, saqué finalmente el perno que bloqueaba el pasador delantero del paquete de resortes y el paquete entero le siguió; cayó con un estruendo al suelo porque subestimé el peso de todos los fierros juntos. Ops.



La mano lucía vieja y extraña. Uno de los pernos estaba roto y no había tuerca delantera. El ojo del pasador estaba orientalizado y excéntrico. O sea, estaba jodido y había que cambiarlo.





Estaba tratando de sacar la mano cuando perdí la concentración por una décima de milisegundo y me golpeé el pulgar contra el chasis. Me dolió. Por un rato no pude usar la mano así que me dediqué a sacar óxido y barro del eje delantero solo con la mano buena. Salió un buen par de kilos de mugre.




Al día siguiente retomé el trabajo sobre los pernos oxidados de la mano y logré sacarla finalmente sin herirme de nuevo, para variar. El acero del chasis no estaba oxidado pero los pernos estaban tan oxidados que no pude mover un par de ellos. Más sueltapernos, y tiempo.




Pero el producto no funcionó esta vez, y no pude sacar los pernos de la mano del lado derecho tampoco, así que como pude retiré el pasador y el paquete terminó también en el suelo. Afortunadamente el ojo del pasador estaba bien.



El soporte del filtro de aire seguía estorbando así que decidí sacarlo entero y aproveché el impulso para sacar las abrazaderas plásticas del fuelle, las que estaban en riesgo de ser mordisqueadas por Dakar y Bujía, los perros guardianes del taller. La maniobra me tomó algún tiempo porque los pequeños pernos también estaban oxidados y no quería por ningún motivo dañar la abrazadera. Conseguir una de reemplazo podría ser muy, pero muy difícil.

[Hilux Surf-Vigo]

Buen avance pairo.

Creo que te hace bastante falta una herramienta neumatica, es para sacar pernos, no es una pistola de impacto, sino que es una que va girando de a poco los pernos, y si estan muy apretados los corta jajajaja.

Edit
http://www.radtorque.com/products_pneumatic.php?sub=11