Merkabah: de tolva a motorhome

[gunvier]

Holaaa
y que tal va todo?

ha dado mas dolores de cabeza la pobre merkabah, pero solo serán anécdotas para contarle a la gente que conozcas recorriendo el planeta en tan formidable máquina.

no nos dejes tirados!

me encantaría conocer si tienes algún registro de números (plata) referente a este proyecto, ya que un día mas temprano que tarde espero iniciar algo similar y me gustaría saber cuanto mas arriba de lo que espero está el costo de hacerlo jajaj.

ánimo que ya queda menos!

[pairospam]

Hola gunvier:

Gracias por los ánimos y disculpa la falta de puesta al día. He estado con el tiempo medio ajustado y he priorizado, solo por azar, otros medios a éste.

Llevo un registro detallado de los gastos en la Merkabah, y me horrorizo cada vez que saco cuentas. Lo que es completamente cierto es que debes pensar en un estimativo lo más real posible para tu proyecto, multiplicarlo por 2,5, agregar un 15% por gastos inimaginables y recién puedes pensar en acercarte a la cifra final.

No es broma.

Con todo, si tienes ganas de hacer algo, asegúrate de que sean ganas de verdad y no una calentura pasajera y dale con la pata a la tabla. La plata viene sola cuando estás haciendo algo con el corazón y las tripas.

Saludos.


Pairoa

[gunvier]

es algo que llevo persiguiendo desde hace años, incluso antes que viera que tu comenzabas esta historia.

pero hay prioridades y todavía debe esperar un año y un poco más.

el tema es que he barajado varias opciones, y creo que traer el camión de alemania es una de las más viables, considerando el precio para el estado que tienen.
y luego empiezo a ver que si tu trajiste los paneles de allá, quizá sale mejor traer las dos cosas juntas... o incluso armadas...

en fin, hay tiempo para pensar todavía.

mientras, leo, aprendo, y vivo la experiencia mirando tu historia y la de nigel.
saludos!

[icasale]

Empezado por gunvier

es algo que llevo persiguiendo desde hace años, incluso antes que viera que tu comenzabas esta historia.

pero hay prioridades y todavía debe esperar un año y un poco más.

el tema es que he barajado varias opciones, y creo que traer el camión de alemania es una de las más viables, considerando el precio para el estado que tienen.
y luego empiezo a ver que si tu trajiste los paneles de allá, quizá sale mejor traer las dos cosas juntas... o incluso armadas...

en fin, hay tiempo para pensar todavía.

mientras, leo, aprendo, y vivo la experiencia mirando tu historia y la de nigel.
saludos!

Hola, hay un camioncito Mercedes 4x4 año 2011 a la venta ideal para iniciar un proyecto de "camión de expedición" piden 25 millones pero creo que se puede hacer una oferta, tiene pocos km, modelo Vario, está en una compraventa de camiones en Vespucio, aprox 1 km al sur del cruce con la ruta 68, se llama Dossil.

[Foton]

Empezado por icasale

Hola, hay un camioncito Mercedes 4x4 año 2011 a la venta ideal para iniciar un proyecto de "camión de expedición" piden 25 millones pero creo que se puede hacer una oferta, tiene pocos km, modelo Vario, está en una compraventa de camiones en Vespucio, aprox 1 km al sur del cruce con la ruta 68, se llama Dossil.

http://www.dossil.cl/vehiculos/pesad...&codigo=AVM434

Saludos!!!

[pairospam]

Bueno, bueno. Hace rato no me ponía al día pero había estado ocupado haciendo muchas cosas, no solo en relación con la Merkabah. Ya les contaré pero, por favor, no se hagan grandes ilusiones.

Llegó un nuevo año y ya está bastante avanzado. El proyecto sigue adelante, sin fecha de expiración, como siempre. Espero y poder poner en marcha el camión durante el 2016. Ya veremos qué dice El Jefe.

Un par de decisiones fundamentales ha sido tomada, eso sí. La Caja va a ser ensamblada por mi padre en Melipilla, donde él vive, y también se encargará él mismo de construir el interior. Hay que hacer un galpón ad hoc que luego le servirá para sus propios cuentos después. La cabina va ser reparada y preparada por un tercero y yo solo me encargaré de pintarla. Desgraciadamente todavía no aparece el famoso personaje que me dé la confianza suficiente y a un precio razonablemente humano.

Cuando dejé la historia el proyecto estaba en una de esas fases en que las cosas parecían no ir a ninguna parte, o iban mal, o eran muy difíciles de que llegaran y no podía hacer muchos progresos sin tener que pelear furiosamente contra algún enemigo invisible que a toda costa me quería cansar y descorazonar. Desde entonces se han concretado algunas pocas cosas como verán, no muchas, pero al menos he logrado avanzar algo.

Las pistas de los cubos reductores delanteros debían de reemplazarse porque estaban jodidas e, incluso si hubo algunos intentos de fabricarlas aquí, no pude encontrar ninguna compañía que me hiciera el trabajo con confianza en la duración de las piezas. Entonces, tuve que pedir a Alemania que me las compraran y enviaran, y seguramente ya estarían en viaje a esas alturas.

Los rodamientos del eje delantero tenían una medida especial, imposible de encontrar en Chile, para variar, y el representante de SKF las buscó y encontró un par de ellos en Bélgica. Les pedí que los importaran y también ya era solo cuestión de tiempo para que llegaran, o al menos eso esperaba.

Estaba medio cabreado, cansado ya a esas alturas y necesitaba vacaciones, las vacaciones regulares y saneadoras. Ahora que soy viejo tengo cuatro semanas por año, y parecía el momento propicio para hacer uso de ellas y hacer un viaje largo.

Le dediqué unos días al viejo Montero para dejarlo preparado para la ocasión y le pedí a Franz, el hombre/biblia del aire acondicionado, que me ayudara a reparar el sistema del 4x4 y compré un compresor de reemplazo. Uno nuevo a estas alturas es imposible de conseguir así es que me arriesgué y conseguí uno usado por internet. Estaba bueno de acuerdo a Franz, y trabajamos duro para dejar todo listo antes de la partida, el día antes de la partida para ser exactos. Pero la cosa empezó a hacer ruidito al rato de tenerlo en prueba y finalmente decidimos desconectarlo porque el rodamiento estaba defectuoso. Habría que olvidarse del aire fresco durante el viaje.




Esa misma tarde las pistas para los retenes del eje delantero y para las consolas del bogie llegaron en una caja desde Alemania junto a un montón de libros y revistas. Muchas gracias a Klaus. Al menos estaba partiendo dejando buenas noticias para el retorno. Había decidido poner todo nuevo para no tener que quejarme de más fugas de aceite en el futuro.



La Africa Twin estacionó al lado de la Merkabah, entre los neumáticos y el desorden, a esperar el regreso y, el día siguiente, 10 de noviembre, con el Montero bien cargado y aperado, partimos al sure, hasta que se acabara el camino.




Llegamos hasta Ushuaia, tomamos más de 6.000 fotos, la mitad mala, por supuesto, y recorrimos 8.500 km. Muuuy bonito. En algún momento contaré un poco del viaje, el que estuvo bastante movido y hasta con choque incluido.

Cuando volvimos, luego de un mes de travesía, nos estaban esperando para retomar nuestros trabajos así que nos dedicamos a ponernos al día durante algún tiempo. Tan pronto me pude dedicar al proyecto de nuevo le pedí ayuda a Tito del taller para remover los paquetes de resortes traseros. Como los rodamientos de los cubos delanteros estaban aún en viaje me enfoqué en el bogie. Cuando hube sacado los paquetes saqué las monturas de los paquetes.




No pensaba en tener que sacarlas de nuevo la última vez que había cerrado la tapa. Muy idiota de mi parte. Debí haber cambiado todo hacía tiempo, cuando lo desarmé por primera vez. En fin, la vida es dura y tiene métodos muy eficaces y dramáticos para enseñar.

Me di cuenta de que el guardapolvos nuevo del lado izquierdo estaba roto, hecho pedazos como si se hubiese resecado y espontáneamente quebrado. Tendría que pensar en reemplazarlo.

Cuando estaba manipulando las pesadas monturas para limpiarlas de todo el aceite que tenían cometí el clásico pequeño error y me lastimé la espalda, solo un poco, pero me dejó con dolor por unos buenos días. Tuve que extremar precauciones desde entonces para poder seguir funcionando.

Mientras tanto, mi padre tenía también mucha pega aterrizando y despegando desde lugares increíbles. Fíjense en lo cerca que está la tierra del rotor principal en la foto. Como ya dije, está un poco loco, pero es mi héroe… y el mejor piloto del mundo. Le había pedido que hiciera él la cabina de la Merkabah, pero tiene tanto trabajo siempre que empecé a pensar que quizás no era una idea tan buena.



El siguiente paso incluía la remoción de los rodamientos internos de la consola central del bogie. Los rodamientos en sí estaban buenos pero, tristemente, para sacar las pistas de los retenes había que sacarlos sí o sí, y la manera más rápida y efectiva era destruyéndolos con mis propias manos y el esmeril angular. Me odié a mí mismo por ello, pero no tenía otra chance. Lo hice cuando tuve en mis manos los rodamientos de repuesto, pero igual me dolió.

[pairospam]

Una vez perpetrado el vil acto, saqué las viejas y dañadas pistas, de las cuales la del lado izquierdo daba pena de lo mal que estaba en realidad. No fue fácil, ni fue rápido tampoco, poniendo mucha atención en no dañar la consola o como se llame el chuto ese.

Una vez removidas todas las piezas tuve que limpiar de aceite y óxido todo. Hacía tiempo que no trabajaba en el camión con tanta alegría, empujado por las nuevas energías que encontré por ahí en las vacaciones, pero los progresos eran más lentos de lo que hubiese deseado.



Para qué les cuento que los rodamientos eran también especiales y carísimos, y que el vendedor se tomó su tiempo antes de mandarlos a San Felipe, via el courier más caro y que, por supuesto, envió un par de ellos que no correspondían la primera vez. Los mandé de vuelta, con el mismo courier, y avancé cuanto pude esperando por los rodamientos correctos.

Ese fin de semana convencí a Eduardo de hacer un pequeño viaje a la playa pero ninguna de las espositas quizo acompañarnos esta vez, así que nos pegamos el clásico viaje a lo macho estilo "busco mi destino" y gozamos del camino solitos. Fue un muy buen viaje y nos dimos una panzada de pescado en el clásico restaurante sobre la caleta de pescadores de Papudo.



Algunos día después fui al taller e hice un o’ring de reemplazo para el interior de la pista con un trozo de goma que compré para la ocasión. Instalé entonces las pistas y los rodamientos interiores nuevos de la consola central con la ayuda de un poquito de calor y del combo grande. Las piezas nuevas brillaban en el sol de la tarde y me sentí muy satisfecho. Cumplir con estas pequeñas tareítas me hacían sentir muy contento. Bien.





Hacía mucho calor y el viento traía muchos kilos de polvo a través de los portones abiertos del taller, así que obligado a cubrir siempre todo con plástico de envolver para mantener las piezas limpias, especialmente los rodamientos.

Próxima tarea: sacar las cubetas de los rodamientos de las monturas de los paquetes de resortes. Soldé algunos pedazos de acero haciendo un vano intento de proteger los retenes de las chispas. No hubo caso. Tuve que pedir retenes nuevos a Santiago y sacar los retenes dañados sin que estos hubiesen recorrido ni un kilómetro siquiera. Hmm…



Calentando las monturas y martillando gentilmente, las cubetas exteriores salieron sin mucho afán y aproveché de colocar las cubetas de los rodamientos interiores nuevos, pero era la víspera de Navidad así que todos en el taller paramos de trabajar para hacer una pequeña celebración con el clásico asado y luego nos fuimos a casa.





Tenía que esperar por los nuevos retenes para poder terminar el trabajo de todos modos.

El 2015 llegaba a su fin así es que hice un poco de orden en medio del caos que rodeaba la Merkabah para recibirlo como corresponde, esperando y durara un poco. Los rodamientos externos esperaban a ser instalados, sin quejarse.

[pairospam]

Al mirar la pila de rodamientos, retenes, cubetas y pistas desechados no pude evitar sentirme mal por un rato. A lo mejor este extraño amor por los fierros me estaba jugando una mala pasada, pero al menos la Merkabah rodaría sobre fierros nuevos, como correspondía.



Y llegó el 2016, muy celebrado, y me bajó la urgencia por dar una vuelta. Carmen prefirió quedarse en casa ese fin de semana largo y descansar del reciente viaje y aprovechar de regalonear con sus sobrinos. Mi naturaleza esteparia, sin embargo, me hizo tomar la Africa Twin y cruzar los muchos valles transversales desde San Felipe hasta Pisco Elqui.

Los paisajes de verano de esa ruta, aún si se trata de zonas desérticas, son espectaculares, y muestro algunos de ellos a continuación. El viaje fue espectacular pero no exento de problemas. La batería empezó a fallar y también el interruptor de la pata de descanso de la vieja Honda. Había estado portándose un tanto extraña desde que le empecé a dar vueltas a la idea de la nueva Africa Twin 2016. Sabía que se podía poner celosa, pero confío tanto en la Africa twin que decidí salir de cualquier modo. Nunca me desharía de ella… y ella lo sabía.







Hice escala en Hurtado y al día siguiente de mi partida llegué a Vicuña y me junté con Karen y René Larraguibel para almorzar. Luca se había transformado en una parte capital de la familia.



Después de comer y reir de buena gana seguí el viaje al interior para alcanzar el destino final, Pisco Elqui. Un desastre. Caluroso a cagarse, lleno de gente, turistas extranjeros y nacionales sudados y los infaltables hippies ganimedianos. Compré un par de botellas de pisco de regalo y me las emplumé, luego de un bochornoso empuje de la moto en medio de todo el gentío porque la batería seguía fallando, y me fui siguiendo el cauce del río Cochiguaz hasta que llegué a un puente muy rústico y que no me dio confianza suficiente de que soportaría el peso combinado de la moto y mis kilos.




En el estacionamiento del hotel de René, Terral estaba esperando por las modificiaciones que habían planeado los Larraguibel luego de sus primeras aventuras por Sudamérica que acababan de terminar una semanas antes. Querían agrandar las ventanas, rediseñar el comedor y otro sinfín de cosas más. El camión mostraba signos de óxido por aquí y por allá pero el chasis se notaba impecable. Recuerden que estuvo metido en un metro de agua por un par de días en Brasil. Pensé que sería peor.

[pairospam]

Me quedé por la noche en el nuevo hotel (más que recomendable!) luego de un rico asado en casa de los Larraguibel. Fue una muy agradable velada y el cordero y el vino estuvieron deliciosos.

En el estacionamiento también estaba un muy bonito NG 4x4, bien hechito y muy robusto, con una serie de soluciones prácticas para la vida de expedicionarios. La pareja de suizos dueña del camión, Lisbeth y Leo, era particularmente calurosa y me enseñaron muchas de los interesantes aspectos del camión. Eran tan sencillos y encantadores que se me pasó volando el tiempo con ellos y no partí de vuelta a San Felipe hasta bien entrada la mañana.





Tomé la carretera esta vez y me vine siguiendo el borde costero con un vientazo horrible de frente, a veces con todo el mango puesto. Llegué temprano a casa, sin embargo y pesar del viento y de haberme detenido a almorzar un par de galletas y un yogurt en una estación de servicio y a comprar pastelitos de La Ligua. Los restaurantes y Prontos estaban llenos de veraneantes y, como se habrán dado cuenta, detesto las aglomeraciones.

El lunes por la tarde, el primer lunes del 2016, me conseguí con el maestro sombrerero de al lado del taller un pedazo de fieltro y, con un par de tijeras, fabriqué el guardapolvos para la consola central. Bien. Me quedó perfecto y, embebido en grasa, era casi mejor que el original… modestamente.





Los retenes de reemplazo habían llegado recién por la mañana y apenas terminé el guardapolvos los instalé en las monturas. Una vez las monturas estuvieron completas le pedí a mi sobrino Sebastián, el hijo mayor de Eduardo, ayuda para instalarlas. Usualmente lo hubiese hecho yo solo, pero el dolor de espalda amenazaba con futuras visitas si no me cuidaba así que preferí hacerlo.




Instalé los rodamientos externos y les di torque con la llave hecha en casa. Más de alguna vez pensé en deshacerme de ella antes, ops. Ahora, al girar las monturas, el movimiento era suave y parejo, oh… extraordinaria sensación! Decidí no confiar en las empaquetaduras originales e instalé las tapas usando silicona. La decisión correcta… espero. Se podrán imaginar cuánto deseaba no tener que lidiar con fugas de aceite de nuevo.



Al poco rato Tito me ayudó a colocar los condenadamente pesados paquetes de resortes, maniobra difícil debido no solo al peso sino a la necesidad de hacer coincidir los candados de ambos ejes y la montura al mismo tiempo. Un culo. Al final lo pudimos hacer, con una pequeña ayuda extra de Eduardo.



Con todo, tomó tres semanas cambiar solamente las pistas de la consola del bogie. Musho, musho…

[pairospam]

Mi colega tomó vacaciones; tres semanas que esperaba y gozara a concho, al igual que yo. Es más viejo, pero su contrato no es tan antiguo como el mío así que yo tengo más días libres que él, je, je. Como sea, el trabajo regular se hizo un poco más pesado y el tiempo libre para jugar con la Merkabah disminuyó en consecuencia.

Decidí continuar y terminar con todo lo que estuviese pendiente en la parte trasera del camión así que tomé las tapas de los cubos y una por una las limpié y las aperné en su lugar. No usé tampoco las empaquetaduras que, lateramente, había recortado hacía tanto tiempo y preferí usar también la silicona de Würth. Igual, esperaba y fuese una buena decisión.




Estaba en estos menesteres cuando llegaron las butacas para el Montero, directamente desde Punta Arenas. Para hacer la historia corta, compré “nuevas” butacas para el 4x4 de un Montero en desarme durante el viaje al sur profundo. Las butacas originales estaban pidiendo perdón hacía tiempo y había que hacer algo al respecto. Un amigo que vive en Punta Arenas se tomó la lata de hacer los papeles de aduana y mandarlas por bus a San Felipe y, finalmente, allí estaban.



Una vez afuera, los viejos asientos serían reacondicionados y usados en la Merkabah para probar si estaban a la altura ya que son muy confortables y tienen amortiguación propia. Si no funcionan… ISRI entonces.

Cuando todas las tapas estuvieron puestas buceé entre el polvo de los siglos bajo la escalera y encontré los bidones de aceite 80/90 que compré hace… quién recuerda cuánto. Entonces, con mucha paciencia, llené los cubos con montones de litros de aceite fresco y perfumado. El pequeño manual Mercedes de 1978 que me regaló un conocido de Alemania resultó ser muy útil para las referencias de torques y volúmenes de aceite. Las referencias de Hilux también ayudaron mucho.



Como ya estaba metido en este cuento del aceite salí a comprar tapones nuevos para los diferenciales. Cosa fácil e irrelevante, pensarán, pero no para un día sábado bien entrada la tarde, así que me tomó bastante esfuerzo y tiempo conseguirlos.



Adapté las cosas lo mejor que pude para poder llenar los diferenciales, pero era muy incómodo moverse entre los fierros, especialmente para llenar el segundo diferencial. Mi espalda protestó un poco pero aguantó. Hubo un pequeño error de cálculo y pensé que no tenía suficiente aceite para la caja de cambios así que lo dejé hasta ahí. Sonreí solo, satisfecho, y me fui a casa.



Pero subestimar la naturaleza del género de la moto fue un gran error. La Africa Twin estaba realmente celosa. Apenas llegué frente al portón de la casa me llegó un agudo olor a plástico quemado. Había fuego, con una nube de humo que salía de debajo del asiento.

En pocas palabras: el conector que había sido reemplazado hacía dos años y medio hizo cortocircuito, se fundió y prendió fuego. Hmm… justo el día antes de una cita para ver una Yamaha Super Teneré que me estaban ofreciendo. Hmm… justo dos días después de reemplazar la batería. Hmm… a momentos de desarmar para que, con Eduardo, revisáramos todo el sistema eléctrico.



La empujé hasta su estacionamiento y ahí la dejé, inmóvil en su stand central un par de días antes de hincarle el diente al problema. Por supuesto, decidí abandonar la idea de comprar otra moto. Ella, la vieja Honda, moriría conmigo… o yo en ella, y con ella… pero la bigamia no estaba permitida.

Apegándome al plan de terminar con lo pendiente en los cuartos traseros del camión, rescaté del olvido el hemi-cardán que va del segundo al tercer eje. Tuve que limpiarlo bien de aceite y mugre, y eso que estaba guardado envuelto en plástico.



En seguida, agarré los pulmones de freno de doble cámara, cubiertos a su vez por aceite de embalaje y polvo, y los limpié cuidadosamente para poder pintarlos evitando dañar las partes de plástico y de goma.

Ese día solo alcancé a preparar tres de ellos y los envolví en plástico a su vez para mantenerlos limpios. Una lata, poco ecológico, pero necesario.