Merkabah: de tolva a motorhome

[Nigel Moleker Castro]

Felicitaciones Pairo por los avances, estás a un paso de terminar la parte mas pesada y odiosa de tu proyecto, ya que cuando lo tengas andando y trabajando para el home es mucho mas entretenido y motivante.

En tu viaje ¿estuviste viendo algo de las paredes del habitáculo?

Un abrazo

Nigel

[Pancho Coddou]

Empezado por pairospam

Creo que no muchos han echado una mirada a estas páginas en los últimos días; no lo sé a ciencia cierta porque nunca veo el contador de visitas, pero antes de seguir con la historia como había pensado quisiera pedir la opinión de los que pasean por aquí de vez en cuando respecto de cómo seguir.

Fui a Europa, y estuve un mes recorriendo. Vi algunos camiones y estuve con gente relacionada al tema, pero no sé si este post, tan lleno de aristas y giros poco convencionales, da como para mostrar una pequeña selección de un centenar de fotos que, quizás guste, o quizás no.

Espero los comentarios.

Saludos.


Pairoa

Pairo, tus historias y fotos son muy entretenidas, adelante no más!!!!

Saludos.

[marianiten]

Estimado Pairoa, desde hace un tiempo ya, sigo atentamente su progreso en la Merkabah.
Creo que incluir fotos, comentarios de lo que vió y le llamó la atención en su viaje no haría más que enriquecer el relato dando una idea si la idea final del proyecto se mantiene como al principio o va evolucionando.
Desde ya mis sinceras felicitaciones por el trabajo y la perseverancia, que creo es la parte más decisiva en un proyecto de este calibre.

Saludos desde Argentina!!

[JJuarez]

Empezado por Pancho Coddou

Pairo, tus historias y fotos son muy entretenidas, adelante no más!!!!

Saludos.

X2. Go Ahead!!

[Alfred Chichoc]

Adelante con Fotos y relatos....

[houndour]

eso no era ni necesario preguntarlo pairoa, todos los que seguimos tu post disfrutamos de tus historias y fotos.

asi que no se demore tanto y actualice el topic.


saludos!!

[luis el coyote]

Ni loco pienses que este post esta abandonado, y por las fotos de tu paseo en las viejas tierras, deberias haberlas subido ya, jejejejejejejejejejeje, con ideas y opiniones obviamente.

[pairospam]

Okay. Disculpen por la tardanza en la puesta al día, pero la pega me tiene loco.

Sigo con la cosa donde la dejé, entonces, en los terminales de dirección. Gracias por el apoyo y qué bueno que se entretengan leyendo estas líneas.

Saqué los terminales y fui a un negocio de camiones local a ver si tenían un juego nuevo. Al cabo de diez minutos de hurgar por toda la tienda el vendedor apareció con un par de repuestos de Scania hechos en Turquía. En efecto, eran los mismos, a una fracción de lo que costaban los originales de Stuttgart. Bien. Los llevé y probé y ya no hubo dudas así que el asunto quedó sanjado. Solo había que ponerse a limpiar más piezas.



Y así fue, para variar. Aproveché de someter a lavado con solventes varias piezas y tuercas y pernos. Una lata, también para variar. Luego un poco de lija para apurar el proceso y el cepillado con las gratas al final, con la compañía de algunos temas de Nickelback y algunos otros para amenizar la mañana. Lo primero que hice fue terminar las abrazaderas de los paquetes, y quedaron de lo más que hay.






En seguida, la famosa barra de dirección, larga y difícil de manejar. Pero nada puede ante el ímpetu irrefrenable de Pairoa y sus herramientas, ni siquiera el propio cuero de Pairoa que de vez en cuando sale volando también.




Luego de algún tiempo la barra estuvo también en condiciones de ser envuelta y guardada esperando por el imprimado.



Lo que siguió fue el cepillado de las tuercas y los pernos, pero esta vez usé una grata metálica adaptada al esmeril de banco, con lo que el trabajo se aligeró un poco y resultó menos latero que de costumbre.

[pairospam]

Rápidamente se fue llenando la cajita donde se guardaron las piezas y así me quedé tranquilo ya que era muy poco probable que se oxidaran antes de que volviera.



Como terminé antes de lo presupuestado aproveché de terminar de limpiar una de las calaveras. En eso me entretuve un montón ya que no era un trabajo fácil con todos los recovecos de su forma. Enfín, se me hizo tarde y luego de envolver las piezas di una última mirada y partí a casa. Ya no tocaría las piezas hasta que volviera de las vacaciones.



Al día siguiente hice un par de escapadas al taller pero solo para guardar bajo techo seguro la Africa Twin y la Yamaha pa’l cerro. Ambas se quedarían al reparo y bajo la mirada de la gente del taller esperando a que llegara el momento de poder salir a rodar de nuevo.



Bueno, y aquí viene la parte de la gira. Espero y no se aburran con la salida de madre, pero cuando uno vuelve a un lugar después de muchos años son muchas las impresiones y las cosas que se reencuentran y se conocen por primera vez.

El clásico paso por sobre la cordillera de Los Andes es lugar obligado de foto para recordarnos cuán grande, alta y majestuosa es. A mí me encanta.



La llegada a Roma siempre sorprende porque la piedra más nueva del adoquinado de las calles tiene más años que cualquier construcción existente en América. Las plazas, monumentos y esculturas son, además de viejos, espectaculares. Las capillas e iglesias y palacios abundan y a mí personalmente me sorprenden siempre aquellas construcciones que aún están de pie luego de dos mil años, como lo que queda del foro del César y el famoso coliseo. Claro que la mitad de ellas siempre están en restauración, un trabajo que nunca termina. A la famosa Fontana di Trevi tenías que arrojarle las monedas desde lejos, y había una pequeña fortuna en el suelo de toda la gente que no había conseguido apuntarle a la pileta. En fin.







Algunos lugares no parecen tan espectaculares, sobre todo por la mañana temprano, cuando no hay mucha gente en la calle, y solo se siente la magnitud de la atracción que generan cuando a una cierta hora ya no caben más turistas, como ocurrió con las escaleras de Piazza Spagna.

[pairospam]

Pero la vieja Roma no es solo mármol y arte; cuando dispones de algunos días y un itinerario flexible te puedes dar el lujo de recorrer sus calles y sus pequeños y grandes rincones, y conocer de historias que sorprenden, como la del tipo al que le daba lata caminar hasta el puente más cercano así que se hizo construir un puente propio sobre el Tíber para llegar más rápido a sus jardines, que estaban precisamente frente a su palacio. Y todo esto en el año del culo. Bien. Muchas, muchas cuadras y muchas, muchas historias.





Ah. El Vaticano. Hmm… También hicimos la cola de los giles para entrar a conocerlo por dentro. Yo ya había estado allí antes, pero Carmen no. Ambos derramamos unas lágrimas al comprobar lo grandioso y apoteósico de la majestuosidad de la arquitectura y el arte erigido por y para los Papas, en nombre de alguien más, creo, y por lo poco que se atenía todo aquello a las pocas y simples palabras de Él. Mal, EMHO. Vale la pena entrar, pero creo que ya no lo haré más.





Antes de continuar viaje hacia el norte fui a buscar el auto arrendado previamente por internet. Una vez hecha la cola y las presentaciones de rigor el empleado me devolvió muy amablemente los documentos haciéndome notar que mi carnet de conducir había expirado hacía diez meses. Plop. No auto, no moto, a lo más bicicleta. Cómo tan gil.

Carmen se echó a reir cuando le conté y encogiendo los hombros dijo: Bueno, en tren entonces!

Si uno ve los trenes europeos la verdad es que la perspectiva no resulta para nada desalentadora, así es que me reí también.



Con nuestras pilchas a cuestas partimos a nuestro destino siguiente a 240 kilómetros por hora, en segunda clase, naturalmente. Florencia. Hace casi veinte años viví allí por un año y medio. Mi antigua amiga Fabrizia, su esposo Fabio y sus suegros nos recibieron y nos trataron como reyes y nos llevaron a su casa en un lugar de ensueño en las colinas lejos y por sobre la ciudad.



Florencia. Me encantan sus callecitas, sus edificios y sus persianas, la catedral y su domo que no caben en una sola foto y el puente viejo o Ponte Vecchio, quizás uno de los paisajes urbanos más hermosos del mundo. Pero creo hay que ir allí para sentirlo realmente.