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Antiguo 16-05-2015, 00:34:28   #1402
pairospam
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Predeterminado Re: Merkabah: de tolva a motorhome

Pero no. Había olvidado que solo contaba con cinco pulmones de suspensión, cuatro para el bogie y uno de repuesto, así es que encargué otros dos para la suspensión delantera. Llegaron al día siguiente en una cajita. Habían subido de precio más del 50% respecto de cuando había comprado los primeros, y eso me dolió. Bueno… un poco.



Lo siguiente que descubrí es que no tenía suficientes golillas espaciadoras, las que van entre los paquetes y las manos, y que además llevan unas gomitas a modos de retenes de grasa, las que sí tenía. Agarré un par de las golillas e hice una prueba y coloqué una de las manos. La maniobra no resultó muy dificultosa pero no fácil tampoco; no quería usar ningún tipo de lubricante para ayudar en el armado porque eso arruinaría la pintura definitiva más adelante.




Partí donde Verardo y le encargué que fabricara las golillas porque me acordé que no existían en el mercado en los tiempos que me había dedicado a buscarlas, hacía varios meses atrás, y tampoco tuve suerte ahora. Los canallas encargados de la mantención de la Merkabah habían sustituido las golillas originales por otras que no tenían las mismas propiedades ni medidas, como siempre.



Volví de la maestranza y para matar el tiempo seguí limpiando el estanque de refrigerante. Ah… se veía precioso en extremo, como pieza de locomotora antigua. Me dieron ganas de lacarlo y dejarlo tal cual, pero evidentemente no pegaba con los colores de la Merkabah así es que de gris o negro se iba a quedar.



Fui a buscar las golillas ya entrada la tarde, y se me recomendó tratarlas antes de ponerlas, ya que a pesar de haber sido hechas de un acero muy duro no eran tan duras como las originales. Como no era tiempo de experimentos agarré las dos golillas Mercedes que quedaban e intenté seguir con el plan. Alejandro, siempre servicial, me ayudó a correr los paquetes y a ponerlos de modo que pudiera acomodarlos para acoplarlos a las manos.



A pesar de mis esfuerzos y mi paciencia no pude completar la colocación de las golillas y del pasador así que dejé la cosa a medias y me fui a trabajar para ganarme el pan, como todos los viernes por la tarde.

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